CULTURA › OPINION
Maestros después de los maestros
Por Gabriel Gurelnik *
“¿Qué música puede escribirse después de Beethoven?”, preguntó alguna vez nada menos que Schubert. “¿Quién podrá superar a Pelé?”, se decía en el mundo del fútbol a mediados de los setenta. Y a la música llegaron Brahms, y Wagner, y Ravel, y tantos otros. Y del fútbol surgió Maradona, y no faltará mucho para que llegue (ojalá que en Argentina) el nuevo héroe, el que supere al anterior siguiendo su camino. La literatura fantástica tuvo, en nuestro país, a dos escritores que acaso fueron los mejores de su tiempo. Borges y Cortázar son referencia obligada en cualquier lugar donde se quiera conocer el género. “¿Qué puede escribirse en Argentina después de Borges y Cortázar?”, se habrá preguntado, melancólico, algún Schubert literario. Y llegó Trafalgar, el comerciante espacial que vino de Rosario, y la Botánica del Caos demostró que no había un orden, y un dios en celo fijó sus ojos en los hombres olvidados, y el tiempo fue una estela que no se esfumaba en la Ruta a Trascendencia. Y De Santis, y Laiseca, y Gamerro, y Cohen, y Díaz Mindurry, y tantos otros muestran cómo, a veinte años de la muerte de Cortázar y casi veinte de la de Borges, los grandes abrieron puertas de las que saldrán (y acaso ya están saliendo) otros grandes. La obra más antigua de esta colección es de 1979. La más nueva, de 2004. Todas, en su medida, intentan mostrar que lo fantástico está, en Argentina en su mejor momento. Y que la ciencia ficción criolla, a su modo propio y original, viene marchando.
* Editor responsable de la colección que publicará Página/12.