¿Los médicos del Barcelona? ¿El entrenador Frank Rijkaard? ¿Las hormonas de crecimiento? ¿Los viajes para jugar con la Selección Argentina? ¿Los periodistas? Se desató la caza de brujas para descubrir al culpable de las repetidas lesiones de Lionel Messi, que ayer vivió el primero de los casi 45 días que deberá permanecer en reposo, algo a lo que parece mal acostumbrado: en los últimos dos años pasó 200 días en esa condición (ver recuadro) a causa de los parates.

Apenas se conoció la lesión de Messi, el capitán del equipo Carles Puyol cargó contra la prensa, a la que le pidió más “respeto” por haber solicitado siempre la presencia como titular del rosarino en Barcelona, a pesar de sus frecuentes molestias musculares. Es que el entrenador Frank Rikjaard había decidido, el sábado, reservar a Messi para el partido de la Champions League contra el Celtic. Pero el Barcelona perdió 4-2 contra el Atlético Madrid y entonces esa decisión mereció críticas. El argentino sólo pudo jugar media hora del encuentro contra los escoceses.

A los 12 años, Messi precisaba un tratamiento para el crecimiento que Newell’s no podía costearle; sí lo hizo el Barcelona y por esa razón se mudó allí. “El tratamiento de hormonas (anabólicos) para su crecimiento pueden ser antecedentes a evaluar a la hora de considerar las lesiones que hoy padece Messi. Ese tipo de aplicación se paga”, explicó el médico deportólogo Roberto Avanzi, ex futbolista de Vélez y River, quien consideró que en el caso de Messi “hay una genética predisponente” a las lesiones: “Sus características de juego son las de los futbolistas que más se desgarran; se trata de una lesión que se repite en los marcadores y extremos que pican y se frenan y vuelven a picar”.

Los médicos del Barcelona también son criticados por su aparente falta de previsión para contemplar las sucesivas lesiones del jugador. “Algo pasa con Messi”, alertó ayer el diario As, porque “las pruebas que se le practicaron a Messi en la clínica Sant Cugat estuvieron envueltas en el secretismo”. El Barcelona cuenta con máquinas como un tensiomiógrafo y un “onda omega”, dos de los métodos más avanzados para estudiar la fatiga muscular de los jugadores y disponer los protocolos necesarios para evitar lesiones. Parece que no fue suficiente: “La medicina poco más puede hacer para prevenir lesiones de este tipo”, explicó el doctor Ramón Bilius, colaborador del equipo médico del Barça.

Avanzi opinó que “es necesario el trabajo de los preparadores físicos y de los kinesiólogos, fortificando el músculo y trabajando en la elongación”. El Barcelona ya contrató al kinesiólogo argentino Juan Mendoza, con experiencia en la Selección Argentina, para trabajar en la recuperación del futbolista, quien podría viajar a la Argentina para llevar a cabo la primera fase de tratamiento.