La tranquilidad que vivía River a partir de los resultados positivos se vio alterada ayer por la sorpresiva ausencia al entrenamiento de su capitán y símbolo, Ariel Ortega, a quien el entrenador Diego Simeone tenía previsto ubicar como titular el domingo próximo ante Arsenal. El cuerpo técnico de River recibió con una mezcla de asombro y preocupación la novedad de la falta de Ortega, que tenía que practicar en el predio de Ezeiza junto al grupo de futbolistas que no jugaron ante Universidad Católica de Chile, luego de recuperarse de una distensión en el muslo izquierdo.

El jugador protagonizó un escándalo familiar y quedó imputado en sede judicial en una denuncia por “amenazas” que habría proferido contra su mujer, horas después de participar en una fiesta de la que también tomaron parte figuras del espectáculo. La discusión en la casa del jugador obligó a la intervención policial, después de una noche en la que Ortega habría incurrido en su adicción al alcohol, a pesar de los tratamientos que lleva adelante.

Personal de la seccional 4ª de San Isidro, a raíz de una denuncia de vecinos ante el tono subido de una discusión en el domicilio del futbolista, se presentó en el lugar, donde se enteró de las presuntas amenazas, por los dichos de su mujer. Según testimonios posteriores, el jugador habría discutido fuertemente con su esposa horas después de participar del cumpleaños del arquero de Independiente, Fabián Assmann, en el sector VIP de un boliche de Figueroa Alcorta y La Pampa.

Simeone intentó comunicarse con Ortega sin poder establecer contacto, lo que generó preocupación en la intimidad del cuerpo técnico. Más tarde, fue el propio futbolista el que se encargó de notificarle al entrenador y a los dirigentes que su ausencia se debió a un “problema personal”.