El sudafricano Oscar Pistorius afronta la última oportunidad de estar en los Juegos Olímpicos: el atleta de las piernas amputadas y las prótesis de fibra de carbono intentará en Suiza recortar casi un segundo su mejor marca para poder ir a China.

Pistorius posee los records paralímpicos de los 100, 200 y 400 metros, pero su sueño es poder disputar los 400 metros en los Juegos Olímpicos junto al resto de atletas sin discapacidad. El sueño se ha convertido ahora en una gran presión para mejorar sus marcas y obtener la mínima necesaria después de recibir hace dos meses la autorización para intentar clasificarse para la cita olímpica.

El viernes, el sudafricano superó por más de un segundo el tiempo de clasificación olímpica, cifrado en 45s55 para la distancia. Clavó el cronómetro en 46s62 durante el encuentro de la Golden League en Roma y, pese a haber mejorado su rendimiento, no consiguió superar su mejor marca personal de 46s36.

“Está esperando el desafío y espera hacerlo bien”, dijo Peet van Zyl, representante del corredor desde Lucerna, la ciudad suiza donde Pistorius se verá hoy la cara con la gloria o la desazón, aunque no sea definitiva. De fallar, el corredor de 21 años tendrá la posibilidad de disputar el relevo de 4x400m con el equipo de su país, siempre y cuando mejore sus prestaciones. La elección de los cuatro representantes se hará poco después del encuentro de Lucerna. “Por supuesto que estamos todos deseando que lo consiga”, dijo Moss Mashishi, presidente del Comité Olímpico Sudafricano.

Pistorius repite que es joven y que, si no consigue estar en Beijing, tratará de acudir a Londres 2012. Sin embargo, el secretario general de la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF), Pierre Weiss, expresó el lunes su preocupación sobre la posibilidad de que Pistorius esté presente en la competencia de relevos, ya que considera que las prótesis de fibra de carbono que utiliza el sudafricano podrían poner en riesgo al resto de los corredores. En mayo, la Corte Arbitral del Deporte (CAS) levantó la prohibición de la IAAF que pesaba sobre Pistorius para competir contra compañeros sin ninguna discapacidad física. La medida se había tomado porque el organismo rector del atletismo mundial consideró que las piernas artificiales de Pistorius le otorgaban una ventaja con respecto a sus rivales.