La carpa K frente al Congreso desbordaba alegría y también se notaba satisfacción en la Casa Rosada. Uno de los motivos era la multitud que se reunió para escuchar a Néstor Kirchner, quizás en el acto más masivo que logró el kirchnerismo. El otro: la seguridad que tienen de que el oficialismo contará con la mayoría para la decisiva votación de hoy en el Senado sobre el proyecto de ley de retenciones móviles.

Kirchner, con una sonrisa permanente, recibía los abrazos de todos los que se le pudieron acercar y cada saludo iba acompañado por algún comentario sobre la cantidad de gente que reunieron como por la suerte que correrá hoy el proyecto en el Congreso.

A algunos, Kirchner les decía que “no hay indecisos” entre los senadores respecto de la votación. Un ministro también comentó que “lo de los indecisos es un invento, lo que pasa es que algunos senadores públicamente no dijeron lo que van a votar y también a la oposición le conviene hacer ver que hay varios indecisos por si logran que alguien cambie el voto”.

Otro ministro, mucho más cercano que el anterior a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, le dijo a PáginaI12 que “algunos, más que indecisión creen tener la oportunidad de negociar beneficios para sus provincias de parte del gobierno nacional, pero ellos saben que a las provincias les damos todo lo que podemos”. De todos modos, el funcionario admitía que si los planteos no eran espurios –y asegura que no los hubo– , entran dentro de la lógica de la negociación política.

Apenas pudo, el ex presidente –un poco sofocado por el calor y el amontonamiento– se volvió a la quinta de Olivos. No bien partió, la mayoría de los gobernadores cruzaron al Congreso a saludar a sus senadores y los ministros volvieron a sus oficinas. Al jefe de Gabinete, Alberto Fernández, se lo vio entrar acalorado a la Casa Rosada. La Presidenta, que había llegado quince minutos antes, lo llamó a su despacho sin darle tiempo para refrescarse. “Estás todo transpirado”, le dijo cuando lo vio. “Es que vengo del acto y el calor era agobiante”, le contestó Fernández.

La Presidenta había visto el acto de la plaza Congreso por televisión en Olivos y se la veía satisfecha. “Fue magnífico. Había muchísima gente”, le comentó a PáginaI12 en un encuentro casual en un pasillo cercano a su despacho. Aunque no lo dijo, también estaría contenta porque cuando bajó del auto en la explanada de la Casa de Gobierno, los transeúntes le gritaron frases elogiosas y de aliento y otros le pidieron que se acerque para sacarse fotos con sus celulares. Ella accedió y estuvo un par de minutos saludando, posando y firmando autógrafos.

La Presidenta siguió su camino y PáginaI12 también, buscando fuentes que dieran pistas sobre lo que espera el Gobierno para después del Día D en el Senado. Y el resultado es que en la Casa Rosada creen que los empresarios del campo “no tienen mucho margen” para continuar con la protesta por la vía del lockout y el corte de rutas. “Ellos pidieron que intervenga el Congreso y es una magnífica oportunidad para que demuestren que son democráticos como dicen, acatando lo que allí se resuelva”, señaló un ministro que estaba satisfecho por la imagen de ver unidos en un acto por una misma causa a los representantes de las cámaras agropecuarias, Elisa Carrió, Luis Barrionuevo, Raúl Castells, José Manuel De la Sota, Cecilia Pando, Vilma Ripoll, Chiche Duhalde, la Corriente Clasista Combativa, Gerardo Morales, el Partido Comunista Revolucionario, Ricardo López Murphy y Adolfo Rodríguez, entre otros.

De todas maneras, otro alto funcionario que también coincidía en que los ruralistas no tienen muchos más caminos para la protesta que no sea la vía judicial –a la que ya anunciaron que recurrirán– desconfía de que ellos vayan a tener una actitud democrática de aceptación sobre lo que decida el Congreso. Y eso que el funcionario no había escuchado las palabras amenazantes de Alfredo De Angeli al abrir la serie de discursos en la avenida Libertador, donde luego de decir en distintos momentos que los que estaban reunidos allí era “el pueblo”, “la democracia” y “la patria”, advirtió que quienes voten a favor del proyecto oficial “no van a poder volver a sus pueblos” y que “esto no termina mañana”.

Si bien, en el Gobierno no saben bien qué harán los ruralistas a partir del jueves, sí están convencidos de que la Presidenta va a retomar la iniciativa después de estar cuatro meses condicionada por este conflicto. “Pero primero es lo primero: la votación en el Senado. Y luego, seguramente el fin de semana en Olivos, la Presidenta evaluará los pasos a seguir”. Todo indica que ya los evaluó pero por ahora prefieren que no trascienda.

Para la votación de hoy, en el Gobierno aseguran que tienen la mayoría y cuentan con los votos de algunos supuestos indecisos. La Presidenta –dicen sus allegados– cree que la formoseña Adriana Bortolo-zzi y el santiagueño Emilio Rached votarán la propuesta oficial, al igual que la riojana Teresita Quintela, quien en declaraciones radiales había criticado el proyecto. Esos votos ya le asegurarían la mayoría. Pero además dicen en la Casa Rosada que es probable que también vote junto al oficialismo el catamarqueño Ramón Saadi (aunque su decisión puede estar supeditada al vínculo con su coterráneo Barrionuevo) y que se abstengan, José Martínez, del ARI de Tierra del Fuego, y Horacio Lores, del Movimiento Popular Neuquino. Esta noche se sabrá sobre la certeza o no de los pronósticos.