Miércoles, 16 de julio de 2008 | Hoy
EL PAíS › DIVERSAS IMáGENES DE LA CONCENTRACIóN DEL OFICIALISMO FRENTE AL PARLAMENTO
El acto fue similar a los otros que hizo el kirchnerismo durante el conflicto con los ruralistas: combinó la presencia de movimientos sociales y sindicales, militantes políticos y personas ajenas a las estructuras partidarias.
Por Sebastian Abrevaya
“A mí no me trajo nadie”, aclaraban hombres y mujeres que habían ido por su cuenta a la Plaza del Congreso, a la manifestación convocada por el Partido Justicialista. Muchos ya habían participado de los actos anteriores en Plaza de Mayo, que tuvieron características similares al de ayer: una importante presencia de los movimientos sociales K, intendentes y gobernadores, el apoyo de la CGT y de buena parte de la CTA, además de una cantidad creciente de personas ajenas a las tradicionales estructuras político-partidarias.
Desde la mañana, circular por el centro porteño les anticipaba a los distraídos que no iba a ser un día habitual: poca gente y pocos autos. Cerca de las 15, las calles aledañas al Congreso se convirtieron en peatonales poco transitadas. A minutos de que comenzara a hablar el gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri, se veía retroceder a algunas columnas pequeñas que no habían encontrado su lugar en la plaza. Lejos de Entre Ríos aumentaban las dificultades para seguir lo que pasaba en el escenario, armado en esa avenida, de espaldas al Parlamento. Por eso se dispersaba la atención de muchos manifestantes, que terminaban conversando entre ellos hasta que los interrumpían los aplausos y los discursos.
“Vos sos un agitador, ¿quién te paga?”, increparon a Rolando en el Monumento de los Españoles. Primero había decidido ir en bicicleta al acto de Palermo, pero se fue cuando vio que los ruralistas empezaron a rodearlo. “Por suerte –relató– me sacó un policía de civil. Igual me divertí.” Con una revista y un diario en la mano contó que había ido a Palermo para discutir con los productores.
Una larga fila de hombres con mameluco azul oscuro y casco marrón sobresalía entre las primeras filas. Eran trabajadores de Yacimientos Carboníferos de Río Turbio (YCRT) que viajaron hasta la Capital Federal. “Nosotros creemos que está bien el tema de las retenciones”, dijo Ezequiel mientras despegaba de su uniforme una consigna de la CTA de Río Turbio: “No a la avaricia de la concentración de las riquezas. No a la Argentina para pocos”.
Cuando empezó la desconcentración, Guillermo Moreno se puso a conversar distendido con otros militantes, en el centro de la plaza, junto una bandera de la unidad básica “Pueblo Peronista” de San Telmo. “Este es un acto extraordinario”, se limitó a decir, requerido por PáginaI12. Cuando se le preguntó por la otra manifestación, fue igual de breve: “Y... debe estar lleno de gorilas”.
“Olelelé, olalalá, si este no es el pueblo, el pueblo dónde está”, fue uno de los cantitos que más se escucharon ayer en distintos sectores de la Plaza del Congreso. Rosalía, Margarita y María Eva vinieron desde Luján para “hacerle el aguante a la Presidenta”. “Estamos acá por las instituciones, por la democracia y por Luján, nuestra patria chica”, explicó María Eva a este diario. Ellas participaron de la campaña de la actual intendente, Graciela Rosso, pero decidieron separarse de las banderas del municipio y recorrer el acto por su cuenta.
Cerca de ellas, la columna del movimiento Barrios de Pie llevaba en su cabecera un muñeco de un gorila y un cartel con las fotos de “los senadores del campo”: Carlos Reutemann, Adolfo Rodríguez Saá, José Luis Romero, Hilda “Chiche” Duhalde, Roberto Urquía y Carlos Menem. Para aquellos que no reconocen las caras de los legisladores, con marcador habían aclarado los nombres de los menos conocidos: Romero, el ex gobernador de Salta, y Urquía, el empresario aceitero.
El grupo de intelectuales y personalidades de la cultura agrupados en el espacio Carta Abierta se apostó en la esquina de una de las calles que corta la avenida Rivadavia. Sin embargo, algunos de sus integrantes habían roto sus filas, fastidiados por la desprolija organización del acto.
Las dos carpas instaladas en apoyo a las entidades rurales permanecieron en su lugar en el fondo de la plaza, a metros de la calle Cevallos. La del Movimiento Independiente de Jubilados y Desocupados (MIJD) de Raúl Castells se mantuvo abierta con algunos integrantes de su agrupación, mientras que la de los ruralistas estaba vacía, cerrada y vallada. Las columnas de manifestantes oficialistas pasaron por al lado sin que hubiera ningún inconveniente.
A diferencia de otros actos kirchneristas, Horacio Fontova estaba entre el público y no cantando arriba del escenario. Intentó escuchar atento las palabras de los oradores pero fue difícil, no sólo porque la gente se le acercaba a saludarlo, sino porque en el sector donde se ubicó –en la esquina de Rivadavia y Callao– no se escuchaba bien. “Después hablamos, dejame escuchar al presidente”, llegó a decirle a un medio televisivo que intentó reportearlo.
“Y ya lo ve, y ya lo ve, es para Duhalde que lo mira por TV.” El cantito se repitió también para Jorge Busti, ex gobernador de Entre Ríos, con quien el bonaerense se reunió el viernes último para rearmar una línea interna del PJ para pelearle la conducción partidaria a Kirchner.
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