DEPORTES › LA HISTORIA DE LA AMISTAD DE JUAN MONACO Y MAXIMO GONZALEZ
Tandil ya es semifinalista
Productos de la famosa escuela de Independiente en su ciudad, como Del Potro, son amigos desde hace dos décadas, ganaron ayer en octavos y hoy se enfrentan por
primera vez profesionalmente por un lugar en las semifinales del ATP de Buenos Aires.
Por Ariel Greco
Por Ariel Greco
@Tandil tendrá a un semifinalista en la Copa Telmex. Dos amigos, que compartieron colegio, escuelita de tenis y equipo de fútbol infantil, además de miles de entrenamientos, se enfrentarán hoy buscando seguir en el torneo. Juan Mónaco, que derrotó 6-4, 2-6, 6-2 a Martín Vassallo Argüello, y Máximo González, la revelación del certamen, que superó 6-3, 6-1 a Brian Dabul, protagonizarán un duelo que terminará no bien se complete el encuentro. Luego, con un fuerte abrazo, sellarán una amistad que forjaron a lo largo de 20 años.
Se conocen desde chiquitos. Fueron compañeros de colegio y a los dos los forjó Marcelo Gómez en la escuela de tenis del club Independiente de Tandil, la que se hizo famosa desde que la fundó Raúl Pérez Roldán, el padre de Guillermo y Mariana, y de la que, además de sus hijos, salieron también Mariano Zabaleta y Juan Martín Del Potro, entre otros jugadores de elite. Otro producto de ese verdadero semillero del tenis es Diego Junqueira, que anoche perdió en tres sets 3-6, 7-6, 6-0 con el español Oscar Hernández y se quedó fuera de los cuartos de final.
El historial oficial de la ATP marca que nunca se enfrentaron en el circuito. Pero ellos se conocen más que nadie. “Nunca nos cruzamos en un torneo, pero debemos haber jugado más de cien partidos de práctica”, comentó Mónaco sobre el enfrentamiento con su amigo. “Será un partido muy especial porque con Machi nos conocemos de toda la vida”, completó el tandilense, que se hizo conocido a partir de un ATP de Buenos Aires: en 2004, llegó a los cuartos de final hasta que perdió con Guillermo Coria. Ahora, pese a ser ocho meses mayor que Mónaco, a González le está pasando algo similar, luego de sus triunfos ante Moyá y el de ayer ante Dabul. “Por distintas circunstancias feas que le pasaron, recién ahora se pude meter un poco, pero Machi es un gran jugador y será un partido durísimo”, sostuvo el campeón de la Copa Telmex 2007, su primer título de ATP.
Pero más allá de la amistad, Mónaco y González también compartieron una cancha como compañeros de dobles, cuando Máximo por fin consiguió mezclarse en los torneos de ATP y juntos pudieron armar una gira parecida. En 2008, ganaron el torneo de Valencia, luego de superar en la final al eslovaco Filip Polasek y el estadounidense Travis Parrott. Además, ese mismo año fueron finalistas en el certamen de Viña del Mar. Pero, sin dudas, la mejor actuación se dio en el US Open, cuando accedieron a las semifinales hasta caer ante el checo Lukas Dlouhy y el indio Leander Paes, una de las mejores parejas del mundo.
Para avanzar ayer, los dos tuvieron un camino muy diferente. Mientras Mónaco debió batallar dos horas y cuarto bajo los casi cuarenta grados que derretían el court central del Buenos Aires para superar a Vassallo Argüello, González apenas necesitó un poquito más de una hora para dejar en el camino a Dabul. En un partido con altibajos, en el que a los dos les costaba tener regularidad, Mónaco se mostró más entero en el último set, cuando pudo quebrar la resistencia de Vassallo Argüello. “En el 2-2 del tercero, me propuse salir más agresivo. El ya le había tomado el tiempo a mi devolución, por lo que necesitaba cambiar el ritmo”, sostuvo el tandilense. Y allí estuvo la clave de su éxito. Parado sobre la línea para devolver, logró dos quiebres consecutivos para llevarse la victoria y el pasaje a cuartos.
Para González, el trámite resultó más sencillo. Con su primer saque, con el que sólo perdió dos puntos en todo el partido, y con una derecha muy picante, dominó a Dabul, que se vio mucho más afectado que su rival con el calor. “Yo jugué muy bien y a él no le salió nada”, fue el claro análisis del tandilense. Dos quiebres en el primer set, uno de ellos para cerrarlo, empezaron a marcar la pauta del partido. Y el segundo todavía resultó más sencillo. González se disparó rápido en el marcador, logró romper otras tres veces el servicio de Dabul y logró su pasaje a los cuartos, donde se enfrentará con el rival que pretendía antes de saber el resultado de Mónaco-Vassallo Argüello: “Quiero jugar con Juan porque es un amigo”. Su deseo se cumplió.