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Pese a vencer 2-0 al Bolívar, Gimnasia quedó eliminado de la Copa Sudamericana tras haber caído 4-1 en el encuentro de ida. Muller marcó los dos goles de cabeza, en el primer tiempo, y parecía que sería goleada, pero en el segundo período Gimnasia se cansó y no pudo remontar la diferencia.
Fue el de anoche un partido que comenzó casi una hora más tarde de lo previsto y que no debió haberse jugado. El micro que llevaba al equipo boliviano a La Plata fue apedreado violentamente antes de arribar al estadio, y una astilla de vidrio se introdujo en el ojo izquierdo del arquero José Fernández, dejándolo sin chance de jugar.
La Confederación Sudamericana dio la orden de jugar una vez que la AFA, Gimnasia y la policía bonaerense dieron garantías a la delegación boliviana, pero varios jugadores del equipo visitante se negaban a disputar el partido. El presidente de Gimnasia, Héctor Domínguez, dialogó con los hinchas locales para evitar que lanzaran bombas de estruendo al campo. Desde La Paz, los principales dirigentes del Bolívar ordenaban jugar.
Luego de tensas negociaciones, el partido comenzó a las 21.50, con el arquero suplente del Bolívar, Machado, ocupando la plaza de titular y sin reemplazo en el banco. Durante el partido no hubo incidentes.