Davide Rebellin, el ciclista italiano que en 2004 quiso nacionalizarse argentino, es uno de los seis atletas que dieron positivo en los controles antidoping realizados durante los Juegos Olímpicos de Beijing, según reveló el Comité Olímpico Internacional. Rebellin, medalla de plata en ruta, fue inculpado junto al atleta bahrainí Rashid Ramzi, oro en los 1500 metros, el ciclista alemán Stefan Schumacher, la marchadora griega Athanasia Tsoumeleka, la corredora croata de 800 metros Vanja Perisic y la levantadora de pesas dominicana Yudelquis Contreras, campeona panamericana en Río 2007.

El escándalo se desata luego de que el COI terminara de analizar 948 muestras de orina de las 4000 tomadas en los Juegos, en búsqueda de CERA, eritropoyetina de tercera generación. Los nuevos tests se centraron principalmente en competencias de resistencia de ciclismo, remo, natación y atletismo. Los deportistas hallados culpables serán descalificados de su prueba y si las contrapruebas dan positivo, Rebellin y Ramzi perderán sus medallas. Bajo las nuevas reglas del COI no podrán participar en los Juegos de Londres 2012.

Rebellin estuvo a punto de nacionalizarse argentino en 2004 para entrar con una argucia en el Mundial de ruta representando al país, después de haber sido excluido del equipo italiano, cuyos responsables también lo habían marginado de los Juegos de Atenas. Pero mientras se efectuaban los trámites, un tribunal de Padua, en Italia, acusó al ciclista, a su mujer y a otros 17 pedalistas, de tráfico de fármacos y violación de la ley antidoping italiana. Los trámites se enfriaron entonces.

“Tengo la conciencia limpia, no tomé nada”, dijo el ciclista de 37 años. “Demostraré con todas mis fuerzas mi inocencia. El positivo debe de ser un error.” Rebellin podría ir preso en Italia.

Schumacher está suspendido actualmente por dos años a causa de doping por CERA en el pasado Tour de France, aunque siempre rechazó todas las acusaciones de que se había dopado.

“Espero que estos resultados tengan un efecto disuasivo –dijo Thomas Bach, vice del COI–. Nadie puede sentirse ya seguro, ni siquiera el que juega con la idea de doparse.”