La Selección Argentina de vóleibol inició un nuevo ciclo y en poco tiempo de trabajo ha conseguido resultados sorprendentes. Para ello, hay un hombre que pretende trasladarles a los jugadores toda su experiencia, pero en esta oportunidad desde afuera de la cancha. Javier Weber, ex armador del conjunto nacional, es ahora el conductor de un grupo de jóvenes con una gran proyección a nivel internacional. Y antes de recibir a Corea del Sur en el Luna Park, por la Liga Mundial 2009, el entrenador dialogó con Página/12 y analizó el presente del equipo.

–¿En cuánto tiempo piensa que el equipo podrá plasmar en la cancha su idea de juego?

–Yo espero que el 20 por ciento de esa idea llegue para el 20 de septiembre, que es la fecha de finalización de esta primera etapa. Y tengo el sueño que el ciento por ciento se alcance en el mundial del año que viene. Todavía es muy pronto para que el equipo adquiera la dimensión real de lo que pretendemos.

Argentina jugó ya seis encuentros de manera oficial y obtuvo tres victorias en condición de visitante. En esta Liga Mundial, en la que volvió a participar luego de un año de ausencia, el seleccionado venció una vez a Corea, Francia y Serbia, sus rivales en el grupo. Pero en el medio hubo situaciones que alteraron bastante la intimidad de los jugadores.

–La situación que se vivió con el líbero Pablo Meana, que se molestó cuando fue reemplazado ante Francia y amenazó con abandonar el equipo, ¿la tomó como lógica o prefiere que el jugador no se enoje cuando le toca ser sustituido?

–Está muy bien que reaccione así, me gusta esa clase de jugadores, los que quieren jugar siempre. Igualmente, todos tienen que entender que son 14 jugadores que están a disposición, y uno tiene la responsabilidad de decidir sobre diferentes situaciones. Lo que no tiene que pasar es que cada uno que es reemplazado se quiera ir, porque si no sería un desorden total. Pero que el jugador se enoje me gusta.

–Cuando se pone a pensar a futuro, ¿hasta dónde quiere llevar a la Selección Argentina?

–Sueño con alcanzar lo más alto de todo. Si es por mí, quiero que la Selección consiga un podio olímpico. El trabajo para lograrlo no va a ser fácil, más teniendo en cuenta que hace poco que comenzamos con este plantel. Pero no conozco nada que se logre sin esfuerzo, y para eso estamos acá, para esforzarnos al máximo y así conseguir todo lo posible. El desafío es muy lindo.

–¿Está convencido de que se podrá pelear con las grandes potencias?

–Sí. Esto va a dar muy buenos frutos. Hay calidad técnica y hay un gran compromiso. Las cosas se pueden dar a su tiempo, no tengo duda de que con responsabilidad y seriedad se puede lograr. Que lo diga ahora parece algo utópico, pero tengo mucha confianza que podemos intercalarnos con los mejores equipos.

–¿Su idea es que Argentina tenga en la cancha la misma agresividad que le imprimió al Bolívar tricampeón de la Liga Nacional?

–Sí, ésa es la intención. Vamos por el buen camino. Si bien somos conscientes de que en algunos momentos puede haber reacciones fuertes, los jugadores saben que cuando se consiga eso será una obstáculo más para los rivales que tengamos enfrente.