Argentina jugó el peor partido en mucho tiempo en una competencia oficial y cayó por un contundente 85-69 ante Venezuela, en el debut en el Premundial de Puerto. Apenas Luis Scola, con 25 puntos, pero con una floja efectividad, se salvó del incendio colectivo del equipo de Sergio Hernández.

El arranque del partido resultó pésimo. Pérdidas, lanzamientos fallados y mucha desprolijidad de ambos lados predominaban en ese comienzo. Sin embargo, para los venezolanos resultaba un trámite conocido. Por eso, no tardaron en sacar ventajas y colocarse 8-3. Por el contrario, lo de Argentina era realmente preocupante. Tanto que los primeros cuatro minutos transcurrieron con apenas tres lanzamientos libres convertidos por Prigioni. El resto no encontraba la manera de anotar, ni de cerca ni de lejos. Scola se fue al banco con 0-5 de cancha, Quinteros falló tres intentos de tres puntos y la monotonía apenas la rompió Kammerichs con una bandeja.

Por suerte, los venezolanos dilapidaban todas las enormes ventajas que otorgaba Argentina. Y por eso, el equipo de Salazar no terminaba de escaparse, sobre todo por los puntos que aportaba Prigioni. El ingreso de Diego García y la reaparición en el juego de Scola, con dos dobles consecutivos, le dieron un buen cierre al conjunto de Hernández, que le permitió terminar el primer cuarto a sólo dos puntos (16-18).

Ese buen pasaje del ala pivot de Houston se prolongó en el siguiente parcial, con otros cuatro unidades seguidas, por lo que Argentina pareció meterse en partido. Pero como los lanzamientos externos seguían sin entrar, Venezuela pudo sostenerse en el liderazgo del marcador. El conjunto argentino no encontraba una formación confiable ni fluidez en el juego como para anotar con comodidad. Por eso, la Vinotinto mantuvo una diferencia que rondaba los cuatro puntos, sostenido en el goleo de Oscar Torres. Claro que un pésimo cierre argentino, que entregó todas las ventajas posibles y siguió abusando de los tiros de tres puntos sin efectividad, determinaron que los venezolanos se fueran al descanso con nueve puntos de ventaja 39-30.

Si los primeros veinte minutos fueron malos, el arranque del tercer cuarto fue de lo peor en mucho tiempo para un equipo argentino. Sin actitud y con un nulo balance defensivo, Venezuela tuvo espacios para correr y sacar enormes diferencias de contragolpe. En apenas tres minutos la distancia trepó a 17 puntos: 52-35. Ahí Argentina tocó fondo. Fue cuando salió a relucir el orgullo de Scola, que forzó faltas y anotó 12 unidades en el tercer cuarto, para reducir la diferencia a nueve. Pero otro pésimo cierre lo dejó a 12 (63-51). Y como no cambió el panorama en el inicio del último, Venezuela estiró la ventaja a 20 puntos, algo que le permitió florearse ante la nula oposición argentina.