La Comisión Nacional de Defensa de la Competencia resolvió ayer que Telecom Italia deberá vender sus activos en el país. En un extenso dictamen de 214 páginas que recién se difundirá hoy, el organismo regulador les da un plazo máximo de un año a los italianos para vender su participación en Sofora, firma controlante de Telecom Argentina, y en todas las empresas vinculadas con las que opera en el mercado local de telecomunicaciones. El argumento central es que el ingreso de Telefónica de España en Telecom Italia y, de manera indirecta, en su filial y principal competidora en el país, constituye una operación de concentración económica que viola la legislación antimonopolio. El vicepresidente de la CNDC, Humberto Guardia Mendonça, confirmó a Página/12 que dentro de los próximos sesenta días la Comisión se encargará de reglamentar el proceso de desinversión. De este modo, el Gobierno le pone punto final a una investigación que comenzó a mediados de 2007, aunque es probable que Telecom Italia apele la decisión oficial ante la Justicia.

Los italianos habían quedado contra las cuerdas desde el 9 de enero de 2009 cuando la CNDC intimó a Telefónica para que notifique la operación de compra de acciones a través de la cual en 2007 ingresó en Telecom. Los españoles se habían negado a notificar porque afirmaban que la transacción no constituía una operación de concentración y, por lo tanto, no estaba alcanzada por el régimen de control previo de fusiones y adquisiciones. Esa negativa forzó al organismo regulador a iniciar una investigación preliminar de donde surgió que sí tenían que hacerlo. Lo más significativo es que para llegar a esa conclusión ya entonces tuvieron que demostrar el impacto local. “Resulta indudable que la transacción en análisis implicó un cambio de control de Telecom Argentina”, dijeron en la resolución 4 difundida el 9 de enero.

Si bien, italianos y españoles apelaron la decisión oficial, la CNDC se dedicó a partir de entonces a analizar el impacto que había tenido la operación de concentración en cada uno de los mercados donde las firmas operan para justificar su dictamen final. Eso es lo que difundirán hoy.

El argumento principal de Telefónica es que su participación en Telecom Italia es minoritaria, pues sólo compraron el 5,6 por ciento de las acciones con derecho a voto de forma directa a través de la sociedad Telco y el 18 por ciento en forma indirecta, mediante la adquisición de la compañía Olimpia, totalizando el 23,6 por ciento de las acciones. Además, remarcan que para ahuyentar cualquier sospecha se incluyó una cláusula en la que se establece que no participarán de las decisiones de Telecom Argentina. Sin embargo, la CNDC desestimó esas explicaciones.

En el informe difundido en enero se afirmó que no hace falta contar con la mayoría accionaria para tener el control de una empresa. A fines de 2001, Pirelli junto a Edizione Holding acordaron adquirir el control de Olivetti. Para ello constituyeron Olimpia (80 por ciento de Pirelli y 20 por ciento de Edizione), que se quedó con el 26,9 por ciento de la firma. A su vez, Olivetti tenía el 54,9 por ciento de Telecom Italia. Por lo tanto, pasó a controlar a la empresa y a su filial.

La situación de Telefónica es similar. Además, es el único operador técnico dentro de Telecom Italia, ya que sus otros socios provienen del sector financiero. En 2002, Pirelli se vio obligada a notificar su ingreso a Telecom Argentina ante la CNDC y fue autorizada, pero esa empresa no tenía el liderazgo del mercado local de telecomunicaciones, como sí lo tiene Telefónica. Por eso era relativamente previsible lo que iba a terminar ocurriendo.

En los últimos meses, los italianos habían dejado trascender que estaban dispuestos a vender su participación en Telecom Argentina si aparecía una oferta interesante, pero en todo momento manifestaron que si el Gobierno los terminaba obligando a desprenderse de sus activos a precio de remate iban a recurrir a la Justicia local e internacional y seguramente eso será lo que terminen haciendo. No obstante, la discusión sobre su permanencia ya parece sellada. Ahora se agudizará la batalla entre los que se habían mostrado interesados por sumarse al negocio de las telecomunicaciones. El Grupo Clarín nunca ocultó su deseo de ingresar a Telecom, pero el enfrentamiento que mantiene con el Gobierno lo deja claramente relegado. Los que siguen en carrera son el tándem conformado por los empresarios Eduardo Eurnekian y Ernesto Gutiérrez, que cuentan con la bendición oficial, y Telmex, la firma del magnate mexicano que nunca se resigna. Habrá que ver si en los últimos metros no aparece algún tapado.

[email protected]