Néstor Kirchner habló del campo, defendió el veto a la quita de retenciones en la provincia de Buenos Aires, dijo que era un “absurdo” pensar en aumentarlas, no quiso hablar de Carlos Reutemann y cuando le preguntaron por Eduardo Duhalde se le cayó la copa de agua sobre la mesa. El cuadro de fondo lo compusieron los jefes territoriales de la primera sección del conurbano bonaerense, acomodados detrás y a los costados del ex presidente. En su segunda visita al conurbano, en medio de las maniobras dentro del PJ por mantener unida a la tropa tras los resultados del 28 de junio, Kirchner consiguió mostrarse encabezando algunas de las piezas más fuertes del rompecabezas: en 2009 –evaluó– “la gente nos ha dicho: apuren, aceleren, que hay que seguir recuperando la Argentina”.

Tres de Febrero fue uno de los territorios en los que el kirchnerismo salió derrotado. Fue, sin embargo, el lugar que el ex presidente escogió ayer para mostrarse y repasar micrófono en mano todos los temas de la agenda. En treinta minutos, en conferencia de prensa, bromeó, hizo chistes, volvió a pronunciar el clásico “¿Y qué te pasa Clarín?” y cuando le preguntaron por la Ley de Servicios Audiovisuales y la cancelación del contrato entre TSC y la AFA dijo: “Sólo tengo una sana envidia. Me hubiese gustado hacerlo a mí nada más, pero lo ha hecho la actual presidenta”.

El surtido de posibles candidatos a presidentes, ya enlistados, terminó con el nombre hasta del propio Kirchner.

–¿Usted va a ser candidato? –le preguntaron.

–Yo hoy soy... todavía no soy, tengo que asumir como diputado. Así que me estoy preparando para ser un diputado responsable.

Luego dijo que en esa función trabajaría “más que otros”.

Con la misma evasiva encuadró al resto de posibles candidatos. Sobre la “operación” en su contra que denunció Reutemann por parte del kirchnerismo, dijo: “Prefiero que aprovechemos el tiempo en cosas serias”. Ante un eventual retorno de Duhalde al PJ derramó la copa de agua sobre la mesa y hasta lanzó un chascarrillo: “Me parece bien, el PJ es un movimiento democrático, nosotros no tenemos los senadores vitalicios como los romanos, acá cualquiera que quiera conducir el PJ se presentará a elecciones, me parece bien, nosotros no le vamos a negar el derecho a nadie, todos son legítimos, ahora no sé si son posibles”. De Julio Cobos, dijo “todo bien”, y con otra tonada de humor explicó: “Pero que no me pida que trabaje para él, nada más”.

La conferencia se hizo al fondo de un hotel deportivo de Tres de Febrero, parte de un predio que el gobierno provincial le compró en tiempos de Eduardo Duhalde a la FIAT. Al lado de Kirchner se sentaron el gobernador Daniel Scioli y el intendente Hugo Curto. Enseguida, Héctor Icazuriaga, el jefe de la SIDE, y José López, segundo de Planificación. Del otro lado pero siempre en la primera hilera estaba el ex jefe de Gabinete e intendente de Tigre Sergio Massa. Detrás se ubicaron intendentes de la primera sección, unos al lado de otros, sin hablar, pero encuadrados para las cámaras.

La conferencia arrancó con el paro del campo. Kirchner respaldó la decisión de Cristina Fernández de objetar la Ley de Emergencia Agropecuaria: “Es una lástima que ante una decisión absolutamente constitucional como es el veto, la Presidenta se vio obligada institucionalmente, estructuralmente a vetar una ley que realmente es defectuosa y yo creo que la democracia tiene un marco de institucionalidad que puede evitar estas medidas extremas, espero que no se repita, nada más. Lo lamento, me parece que el camino es otro, nosotros seguimos creyendo en el diálogo”. Y más tarde intentó tender puentes con los productores y cargó las tintas directamente sobre la Mesa de Enlace. “No creo que sea un problema del campo, estuve charlando en las últimas horas con muchos productores, creo que a veces lamentablemente quienes conducen el campo se han politizado más allá de discutir intereses que pueden discutir.”

Cuando la pregunta giró en torno del fútbol, la cosa se puso espesa. “¿Lo hizo por su enfrentamiento con Clarín?”, preguntó un colega. “¡Yo!”, sonrió. “¿Qué te pasa Clarín?”, dijo, y en la sala se escucharon algunos aplausos.

La llegada de Kirchner a Tres de Febrero fue una señal para los jefes territoriales de la provincia. Nadie se olvidaba de la derrota de Kirchner en el distrito de Curto. A las cinco de la tarde, mientras se acercaban las custodias, asesores y hasta los perros al predio de deportes, uno de los hombres de Curto murmuraba: “No sabemos si Néstor viene a poner la escupidera (sic) –dijo–, a seducirnos o a ponernos contra la pared”. Pero lo que a esa altura se sabía tampoco era poco.

La convocatoria no difirió en líneas generales de la primera aparición pública de Kirchner en Quilmes, en su regreso al conurbano. Kirchner repitió esta vez ese mismo esquema: la conferencia de prensa y una cena con 20 pollos a la parrilla a puertas cerradas para cincuenta personas entre intendentes, legisladores nacionales de la sección y provinciales.

La primera vez, se dijo, algunos intendentes rumearon cierto malhumor porque nadie les había anunciado la presencia de Kirchner. Y no querían verlo. Por las dudas uno de los alfiles de Scioli esta vez se fue con una respuesta preparada: “Reincidimos”, dijo. “Si querés miralo así, se lo invitó para redoblar la apuesta.”

Desde el 28 de junio, varios intendentes están inquietos. Desde la FAM se organizan reuniones quincenales por sección electoral y con Scioli que suele encabezar los encuentros para atajar el reclamo de obras públicas y de financiamiento que tiene aterrados a varios. Mientras Scioli teje y sostiene esas relaciones, hace unos días volvió a tener un traspié en su relación con el Gobierno cuando intentó encabezar el pedido de legisladores e intendentes del interior bonaerense para impedir el veto de la ley de retenciones. Pero todo eso ayer, al menos por unas horas, quedó a un costado. La paz reinó en Tres de Febrero y la foto hasta tuvo a Massa.

“¿Usted lo vio a Duhalde en televisión?”, preguntó un intendente. “¿Qué puede hacer? ¿A quién mostró en el Movimiento Productivo Argentino?: Mostró a economistas de segundas líneas, no pudo mostrar a ningún jefe territorial. Cero”, decía el pope. “Los jefes territoriales, mírenos, estamos en otro lado.”