En primera persona, Marcelo Garay cuenta cómo y por qué fue detenido en la zona del conflicto mapuche. “Sólo por tratar de hacer mi trabajo”, dice y revela, de paso, lo sensible que es para las autoridades el tema y cómo se ha tratado de silenciar a la opinión pública.

“Yo fui invitado por una comunidad mapuche como periodista. La idea era conocer la realidad del conflicto con las forestales en la comuna de Padre de las Casas. Entré en esa comunidad, saqué fotos del conflicto y de la represión policial. Llegaron unos carabineros, me pidieron mi identificación y sin más me llevaron a la comisaría. Ahí me sacaron la tarjeta de memoria de la cámara, acusándome de violar la propiedad privada. La verdad es que no había letreros que así lo indicaran. No me golpearon, pero sí hubo acoso verbal y ahora tengo prohibición de entrar al lugar. Lo que me ocurrió no es nuevo. El año pasado a unos documentalistas italianos los expulsaron del país por violar la Ley de extranjería, después a unos franceses los agredieron y les quitaron sus cámaras. Está también lo sucedido a la documentalista Elena Varela, a la que le robaron su película. Acá existe una alianza empresarial, política y militar.

Ahora tienen a cuatro mapuches procesados con la Ley antiterrorista, nuevamente. Entonces cómo funciona este instrumento jurídico: formalizar y hacer un montaje, porque trabajan con la represión policial y la policía tiene un sesgo racista. Por ejemplo, lo que me pasó a mí, que estaba trabajando y me detuvieron sin tener el derecho de hacerlo”.