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Ramón Díaz empezó a jugar el juego que más le gusta. Con medias palabras, con misterios, con dudas, el riojano allanó el camino para irse de San Lorenzo en diciembre, aunque también abrió la posibilidad de quedarse a cumplir su contrato hasta junio de 2011. ¿La excusa elegida para condicionar su continuidad? El resultado de las elecciones del club, que se llevarán a cabo el 11 de diciembre. En ese contexto, es imposible no relacionar los tiempos con la futura elección del técnico de River.

El contrato de Ramón Díaz con San Lorenzo se vence al final del Clausura 2011. Sin embargo, fue el propio técnico el que puso en duda que esté en condiciones de cumplirlo, por las elecciones en el club. “Las elecciones son lo más importante en estos meses para San Lorenzo. Después de las elecciones voy a ver qué hago. Vamos a evaluarlo con mi cuerpo técnico, hay que analizar algunas cosas, no está nada definido y no hay que adelantarse”, remarcó el entrenador, que no se quiso meter en la interna y ni siquiera mencionó si el triunfo de algún candidato garantiza su continuidad. “Yo estoy al margen de la política del club, porque no me corresponde”, señaló Díaz, que además aseguró que ninguna lista se contactó con él para planificar nada.

Las declaraciones de Díaz apuntan a dos frentes. El primero y lógico es su continuidad o no en San Lorenzo. Pero también sus dichos abren un interrogante en relación con River. La idea del presidente Daniel Passarella es sostener el interinato de Juan José López al menos hasta diciembre, aunque en todo momento esa idea estará pendiente de los resultados que consiga el equipo. Por eso, con su eventual salida de San Lorenzo, Ramón automáticamente pasará a ser un candidato natural para el puesto que ocupó entre 1995 y 2000, y en 2001-2002.

Más allá de esa cuestión, el entrenador también aprovechó el contacto con la prensa para mostrarse firme en su postura de no tener en cuenta a varios jugadores, como Diego Rivero, Sebastián Balsas, Emiliano Alfaro o Aureliano Torres. “La decisión de que bajen a reserva algunos jugadores como Balsas es mía. Los jugadores me tienen que demostrar que tienen ganas de jugar. Balsas bajó a reserva para que se ponga bien, en condiciones, y a los cinco minutos tuvo que salir”, argumentó el técnico, que no cerró la puerta a que alguno pueda volver a trabajar con el equipo. Eso no va a depender de mí sino de ellos, de sus ganas y de la actitud que muestren”, resaltó el entrenador.

A Díaz, las ausencias no lo preocupan, ya que así considera que impone su autoridad. “El plantel me responde y quedó claro el otro día contra River, donde volvió a mostrar actitud y ganas. Ahora preferí apostar a algunos chicos. La disciplina es algo que impongo desde que soy entrenador, los jugadores deben entender que esto es un trabajo que requiere responsabilidad y compromiso”, remarcó el técnico.