Domingo, 18 de septiembre de 2011 | Hoy
DEPORTES › RIVER JUGO MAL Y APENAS EMPATO 0-0 CON EL DEPORTIVO EN INDEPENDIENTE
El equipo de Almeyda se encontró con un rival duro que presionó bien en la mitad de la cancha y cuidó mucho su arco. Por eso, casi no generó situaciones de peligro y estuvo cerca de perderlo en el final. Ya son tres partidos seguidos sin victorias.
River se encuentra atravesado entre su pasado arrollador y su presente inmerso en dudas. Ya quedaron atrás las tres victorias consecutivas en el comienzo de la B Nacional. La actualidad marca que ayer el equipo de Núñez sumó su tercer empate en fila al igualar 0-0 con Merlo en la cancha de Independiente. Con una etapa inicial discreta y un complemento pobre, el elenco que conduce Almeyda fue sorprendido por uno de los rivales más débiles de la categoría, que hasta modificó su vestimenta para recibir por primera vez en su historia a su inédito adversario.
Y la provocación no sólo se evidenció a partir de la renovación de la camiseta, que la mostró, además de los habituales colores azul y blanco, con el agregado de vivos amarillos únicamente para disputar este encuentro. El equipo que conduce Felipe De la Riva complicó a River también desde lo futbolístico. Con una presión constante en el mediocampo, el local fue superior en el inicio. Si bien no contaba con un arsenal de ideas para destrabar el resultado, se las ingenió para hacer saber a su adversario que no iba a ser un simple parteneire.
La dupla compuesta por López y Ribolzi se hizo eje y ganó espacio en el terreno. Además, cuando se sumaba a ese binomio el esfuerzo de Barreiro, Merlo inquietaba. ¿Y River? Estaba prácticamente ausente. Carente de agresividad y dinamismo, no hallaba la manera de romper la muralla defensiva propuesta por un equipo que llegaba a este partido con apenas dos goles en contra a lo largo del torneo. Y por eso hubo que esperar hasta los 24 minutos para que Cavenaghi estrellara la pelota en el palo luego de definir con clase ante la salida de Capogrosso, tras un gran pase de Aguirre. Esa fue la única de una etapa inicial con poco fútbol.
A las falencias en la construcción en la línea media, el complemento le sumó emotividad por las fallas de la defensa visitante. Las intenciones de salir desde los pies del arquero con prolijidad cortó su funcionamiento rápidamente, pues siempre terminaba, luego de varias dudas, con el despeje intrascendente de Chichizola. Además, River se desesperó por no saber cómo conseguir un gol. Entonces, arriba no generaba peligro más que un remate a distancia de Cavenaghi, mientras que atrás le cedía el balón a un Merlo que, por impericia, inexperiencia y sorpresa al verse tan cerca de convertir, se quedó en cero. Aun así, el local festejó un empate que desorienta al equipo de Núñez, pues hace tres fechas que no gana, no encuentra su juego y, por si fuera poco, es blanco de las cargadas de las hinchadas adversarias.
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