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Se ha generado en estos últimos días una polémica en torno del spot publicitario de Presidencia de la Nación, en el que se mostraba el entrenamiento de Fernando Zylberberg, deportista olímpico argentino, preparándose en el suelo de las islas Malvinas. Allí se veía al atleta inmerso en una publicidad que concluía con este slogan: “Para competir en suelo inglés, entrenamos en suelo argentino”.

A raíz de este trabajo publicitario, muchas fueron las voces que se alzaron en contra de una supuesta politización del deporte. Pues bien, desde mi rol de secretario de Deportes de la Provincia de Buenos Aires siento la obligación de agregar un punto de vista no con ánimos de convencer sino de aportar al debate.

Considero que quienes se oponen a la difusión de este tipo de contenidos deberían tratar de comprender que esto no es una cuestión de política partidaria, sino que es una causa nacional que involucra a todos los argentinos y a la gran mayoría de los países de la región y el mundo, que se solidarizan con nuestro legítimo reclamo en la convicción de abolir toda forma de colonialismo.

En efecto, me es necesario subrayar y celebrar que este caso, contrariamente a la utilización que se hizo en otros tiempos, como por ejemplo en el Mundial ’78, haya servido para visibilizar una causa que nos importa a todos los argentinos, como es la recuperación de parte de nuestro territorio, nuestras islas Malvinas.

En suma, me resulta interesante además reflexionar sobre el tratamiento mediático que recibió la emisión de este aviso y la discusión que los medios de comunicación monopólicos pretenden instalar, con una marcada intención de desvincular al deporte de la política. Basta con entrar a la web del multimedio Clarín y hacer uso del buscador para encontrar las treinta y seis (36) notas que este diario dedicó a criticar la decisión de emitir la publicidad. “Es ofensivo para el espíritu olímpico”; “La Argentina intenta sacar provecho político con los Juegos Olímpicos, porque las olimpíadas tratan de deporte, no de política (vocera de la cancillería británica)”; “Para Londres es una muestra de insensibilidad y falta de respeto”; “La Argentina busca politizar los Juegos Olímpicos”. Son sólo algunos extractos de los tantos artículos que el diario dedica a instalar esta postura de distanciamiento entre política y deporte.

Quizá resulte allanador citar algunos ejemplos más, como para entender a qué nos referimos: en una publicidad filmada en 1978, el periodista José María Muñoz decía ante la cámara que “La copa del mundo para Argentina fue un compromiso que en su momento adquirió el país y que en este momento lo está cumpliendo. Pero por sobre todas las cosas, es un hecho político, porque queremos que todo el mundo sepa cómo somos los argentinos”.

Por último, el diario que destinó más de treinta notas a criticar la utilización del deporte como herramienta política, defendiendo la soberanía y la autodeterminación de los kelpers y atacando al gobierno nacional acusándolo de realizar maniobras ofensivas hacia el pueblo inglés, es el mismo que en 1982 publicara en tapa una foto de la Plaza de Mayo repleta de gente celebrando con un titular que decía: “Euforia popular por la recuperación de las islas Malvinas”.

Como militante y dirigente promotor del deporte, reivindico esta acertada decisión política de la Presidenta de la Nación de utilizar las olimpíadas como herramienta para visibilizar una causa que nos involucra a todos los que habitamos esta Latinoamérica históricamente diezmada por los imperios más poderosos del mundo, como es la lucha por la soberanía.

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner defendió el mensaje en cadena nacional. Por otro lado, sólo el artículo de Página/12 del lunes 14 de mayo (que muestra una encuesta de la consultora Ibarómetro, según la cual dos de cada tres personas están a favor del aviso) tuvo la lucidez y sensatez de analizar la creativa decisión como lo que fue: un acto más de coherencia y coraje de nuestra conductora política.

Si el deporte incluye, enseña, transmite principios fundamentales para vivir en democracia, promueve valores y aporta al desarrollo humano, entonces deporte y política van de la mano: ése debe ser nuestro piso.

* Secretario de Deportes de la Provincia de Buenos Aires.