Desde Mar del Plata

“Agaché la cabeza y fui para el aro.” Con esa frase, Martín Osimani, el base uruguayo de Obras, sintetizó la jugada clave de la serie final de la Liga Nacional de Básquetbol, que ahora marcha 2-1 en favor de Peñarol. Es que en la última jugada del segundo suplementario entre Peñarol y Obras, el armador le dio la victoria a su equipo 103-102 y evitó un 3-0 que hubiese sido casi lapidario. Y por eso, el encuentro de esta noche desde las 22, otra vez en el Polideportivo Islas Malvinas, asoma como clave para el futuro de la final (televisa TyC Sports).

La paridad de la serie la reflejan los últimos diez segundos del segundo suplementario. Obras se imponía 101-97 y parecía todo sentenciado. Sin embargo, Selem Safar anotó un triple y Facundo Campazzo le robó la pelota a Osimani para anotar una bandeja que les daba la victoria a los marplatenses. Pero el uruguayo corrió la cancha, lanzó un tiro fallido, tomó su propio rebote y anotó el doble de la victoria, a décimas del cierre. Fue su mejor regalo de cumpleaños, ya que a raíz de los dos tiempos suplementarios, el juego se definió bien entrado el martes. “Ahora agarramos un poco de aire y energía. Nos da fuerzas para volver el miércoles”, indicó el héroe de Obras. “Sentíamos que si nos quedábamos 0-3 iba a ser muy difícil”, agregó Osimani, que fue una de las figuras del juego, con 26 puntos, ocho rebotes y cuatro asistencias.

La levantada de Obras es el nuevo escenario que tiene la serie. Recuperó uno de los dos partidos que perdió en Buenos Aires y al menos ya evitó la temida barrida. “Nos da una carga de confianza para el partido que viene”, sostuvo el capitán Juan Gutiérrez. Una de las claves del triunfo pasó por una defensa zonal que por momentos confundió el ataque de los marplatenses. Sin embargo, esa estrategia es una apuesta de riesgo ante los temibles tiradores que tiene Peñarol. Resulta difícil pensar en otra noche tan mala en esa faceta de Leo Gutiérrez, que tiró apenas 3-12 y falló nueve de manera consecutiva. Además, el capitán marplatense también cuestionó las virtudes de su equipo en su propio tablero. “Nunca pudimos defender bien, salvo en el segundo cuarto. Y si queremos ganar, tenemos que defender bien”, indicó Gutiérrez, que se mostró fastidioso también por la chance dilapidada. “Abusamos de los triples y no aprovechamos que dos veces tuvimos para definir el partido y no lo hicimos”, indicó el ala pivote, que busca su noveno título en la Liga.

Ante este cambio de panorama, la reflexión de Sergio Hernández deja en claro lo que sienten los protagonistas. “Por el desarrollo de los partidos, la serie podía estar 3-0 para Peñarol o 2-1 para Obras. Nos conocemos mucho y se va a terminar definiendo por una o dos individualidades que se salgan del molde cada noche”, sentenció.