En un discreto encuentro, Godoy Cruz igualó 0-0 con Quilmes, resultado que estuvo muy lejos de las expectativas que generó el debut de Martín Palermo como entrenador. Con el ídolo boquense desde el banco por primera vez, el equipo mendocino mostró las mismas carencias de juego y profundidad en ataque que sufría en el ciclo anterior, aunque, si bien lleva nueve fechas sin ganar, al menos pudo quebrar una racha de cuatro derrotas seguidas.

El conjunto local contó, tan solo, con dos chances de gol en la primera etapa, ambas protagonizadas por su delantero más peligroso, Mauro Obolo, primero con un cabezazo fallido y luego con un zurdazo mano a mano que atrapó Emanuel Trípodi. El complemento fue aún más flojo, sin llegadas claras y sólo con escasas aproximaciones, como un tiro de media distancia de Leonel Ríos que detuvo cómodo, una vez más, el arquero de Quilmes. El visitante se mostró inofensivo durante los 90 minutos. Martín Cauteru-ccio permaneció muy solitario y no generó peligro, así que los dirigidos por Omar De Felippe parecieron apreciar un empate que de poco les sirve para salir del fondo de los promedios.

“Podríamos haber ganado, ellos casi no llegaron y nosotros no aprovechamos las que tuvimos. Pero estoy conforme por el esfuerzo de todos”, aseguró, tras el encuentro, Martín Palermo, que además reconoció que vivió su debut “con mucho nerviosismo y adrenalina”, y evaluó que “la actitud” de sus dirigidos “fue positiva y el sacrificio, enorme”.