Desde Porto Alegre

Esa ciudad, capital del estado de Rio Grande do Sul, donde la Selección se medirá con Nigeria, amaneció invadida de hinchas argentinos. Las calles se llenaron de camisetas celestes y blancas, la imagen de grupitos de hinchas llevando heladeritas con bebidas frías rumbo a la Fan Fest de esta sede, ubicada en el anfiteatro de Por do Sul, se repetía en prácticamente todas las calles del centro de la ciudad. Con los hoteles ocupados, la falta de lugares para alojarse y la escasez de entradas para ver el partido fueron los protagonistas de una jornada, en la que una treintena de barrabravas deportados fueron también noticia.

El diario gaúcho Correio do Povo avisa en su portada algo que se puede ver a simple vista. “Porto Alegre se prepara para recibir una multitud de argentinos”, que las autoridades locales estiman en 200.000. Son muchos, y la ciudad no parece estar del todo preparada para una “invasión” de esta magnitud. El diario Zero Hora, cuenta en sus páginas que “Rio Grande do Sul nunca tuvo una invasión turística de esta dimensión” y afirma que para garantizar la “seguridad” de los visitantes y los ciudadanos brasileños “tanto la Brigada Militar como las autoridades deberán redoblar sus esfuerzos”.

Los gaúchos se esfuerzan por complacer a los turistas argentinos, pero no ocultan sus preocupaciones por la gran cantidad de barrabravas que se ven caminando por las calles, o durante la noche en la zona de los bares, que se conoce como Cidade Baixa, donde la aglomeración de argentinos es importante.

Las recomendaciones son claras: las autoridades les piden a los brasileños que no les vendan sus entradas a los argentinos, para evitar que sean engañados por los violentos y que se las roben en un intento de intercambio. También les piden que eviten salir a pasear en auto. El problema no son justamente los argentinos que ingresarán hoy al Arena Beira Rio (ver aparte), sino los miles que llegaron hasta aquí y no las tienen. Unos 49.000 verán el partido desde las tribunas, otros 20.000 podrán hacerlo en las instalaciones de la Fan Fest; los restantes tendrán que conformarse con los bares y las plazas de la ciudad. Por eso mismo, las autoridades solicitan aquí “colaboración de los turistas” para que se pueda vivir la fiesta en paz. También decretaron que hoy sea un día feriado para los habitantes de la ciudad.

Con respecto a la presencia de los barrabravas, que por la cercanía y las facilidades que les dieron sus pares del Inter, han elegido Porto Alegre como destino, las autoridades han demostrado hasta ahora que están atentas para evitar manifestaciones y aglomeraciones. Ayer hubo una quincena de barrabravas que no pudieron ingresar a Brasil y fueron deportados.

Los barras fueron detenidos en la frontera por figurar en los listados entregados por el Ministerio de Justicia argentino a las autoridades brasileñas y entre los deportados figuran Hernán Palavecino, un empleado de la municipalidad de Avellaneda, que es uno de los capos de la barra de Independiente, uno de los responsables del acuerdo con el jefe de los violentos del Inter, Giba Bitancourt Viegas, quien públicamente les había prometido 200 entradas y alojamiento.