En un brevísimo escrito de 33 renglones, José María Núñez Carmona, el socio y amigo de Amado Boudou, se quejó ante el juez Ariel Lijo porque a sus abogados les dieron 24 horas para leer un expediente que es largo y complejo, por lo que manifestó que no está en condiciones de declarar ni de responder preguntas. Al final del texto, Núñez Carmona adelanta que sus abogados están estudiando el expediente y que pedirá declarar y responderá preguntas en breve, “en unos días”, según afirmó. Esto seguramente no cambiará el cronograma pensado por el juez Ariel Lijo: mañana declara el ex jefe de Gabinete de Boudou Guido Forcieri, y después el juez se tomará unas dos semanas para dictar lo que es vox populi en Comodoro Py, el procesamiento del vicepresidente.

La declaración de Núñez Carmona tiene su interés, aunque habrá que ver cómo encuadra el caso el magistrado. Si el delito, como venía diciendo hasta ahora, era negociaciones incompatibles con la función pública, sólo podía ser cometido por un funcionario, en este caso Boudou. En esta hipótesis, Núñez Carmona sería partícipe. Pero desde hace un tiempo, desde el juzgado han hecho trascender que el caso podría encuadrarse en el delito de cohecho: Boudou y Núñez Carmona les pidieron a los Ciccone el 70 por ciento de la empresa a cambio de salvarla. En ese caso, Núñez Carmona sería también partícipe de un delito de mayor envergadura.

El amigo del vicepresidente inicia su escrito sosteniendo que a sus abogados Mario y Darío Rubinska se les dio sólo un día hábil para ver el expediente y agrega que “si bien es cierto que estoy sometido a este proceso desde su génesis y asistido por mis abogados anteriores, ello no significa que yo personalmente tengo conocimiento del expediente y sus anexos ni la capacidad para hacer un análisis jurídico penal sobre los hechos que se me imputan”. El magistrado, al rechazar un pedido de postergación, le dijo a Núñez Carmona que está acusado desde el principio de la causa y que tuvo abogados desde ese entonces.

“La única pretensión que tuve al pedir la postergación es que mis abogados estuvieran mínimamente en condiciones iguales a las demás defensas”, redondeó el empresario, aunque en las últimas líneas del texto sostiene en forma concreta que “en los próximos días, mis abogados, cuando hayan terminado de estudiar el expediente, a lo cual están intensamente abocados, pedirán una ampliación de esta audiencia”. Núñez Carmona habla de días, de manera que es casi seguro que la semana próxima pedirá declarar. Habrá que ver qué dice el juez.

En la versión de Lijo del caso, Núñez Carmona es un hombre clave. Alejandro Vandenbroele fue el titular tanto de Ciccone como de The Old Fund, el fondo que se utilizó para rescatar a la imprenta. El magistrado, hasta el momento, no acumuló pruebas relevantes de la relación entre Boudou y Vandenbroele, pero está declarado desde el primer día en que Núñez Carmona sí era conocido de Vandenbroele. O sea, el juez puede argumentar que Núñez Carmona era una especie de puente. El otro aspecto es que Guillermo Reinwick firmó varios documentos ante escribano y luego una solicitada en la que dice, justamente, que es el dueño de Ciccone y de The Old Fund y que Vandenbroele sólo tiene un cargo ejecutivo, el de director. Hoy en día Reinwick afirma que todo eso lo hizo porque estaba amenazado de muerte y señala a Núñez Carmona como el hombre que lo amenazaba. Al menos por ahora, parece débil la explicación de Reinwick de por qué nunca hizo la denuncia.