DEPORTES › INDEPENDIENTE JUGO MUY BIEN Y SUPERO 2-0 A CENTRAL EN AVELLANEDA

Reaccionó con su mejor versión

Luego de la goleada sufrida ante River, el conjunto de Almirón lavó su imagen con una gran actuación y una victoria cómoda gracias a los golazos de Mancuello y Méndez. Ni siquiera la expulsión de Figal a media hora del final hizo peligrar el triunfo.

 Por Daniel Guiñazú

El duro 1-4 ante River no dejó esquirlas en Independiente. En las tribunas del estadio Libertadores de América, los hinchas alentaron sin reproches. Y en la cancha, el equipo entregó ayer, acaso, su mejor actuación del ciclo de Jorge Almirón. El Rojo le ganó apenas por 2-0 a Central porque Mauricio Caranta, el arquero rosarino, sacó cuatro pelotas del gol y porque también faltó cierta justeza al momento de la resolución de las jugadas. Al fin y al cabo, los golazos de Federico Mancuello (otra vez en un nivel elevadísimo, otra vez aclamado por la gente) y de Jesús Méndez en el segundo tiempo resultaron sólo la muestra gratis de una superioridad abrumadora. Tan remarcada que ni siquiera pudo disimularla la expulsión del zaguero juvenil Jorge Figal que dejó a Independiente con un hombre menos en la última media hora del espectáculo.

Como ante River por el campeonato y Boca por la Copa Sudamericana, Central fue un equipo quieto y escasamente agresivo. No sólo sucumbió demasiado rápido a la presión que Independiente le metió en la hora inicial del partido. Tampoco presentó pelea para compartir la posesión de la pelota. Miguel Angel Russo hizo dos cambios en el entretiempo y uno antes de los 15 minutos de la segunda etapa. Y nunca logró que su escuadra reaccionara y dejara de verlo pasar de largo a Independiente.

Pero también hay que reconocer que el técnico Almirón apretó las clavijas y rectificó los errores que había cometido en el planteo ante River. Dejó de lado el 5-3-2 y armó un esquema 4-2-3-1 para defenderse y 3-3-3-1 para atacar. Lo que jamás varió fue la presión alta (Bellocq, parado bien adentro del campo rosarino, marcó la línea), el manejo prolijo y seguro de la pelota, la movilidad de Mancuello y Montenegro por todos lados y la incisividad de Pisano y Pizzini por las bandas. Independiente recuperó rápido el balón. Y como lo hizo bastante cerca del arco de Caranta, los ataques y las llegadas fueron sucediéndose unos detrás de los otros.

Sólo las grandes atajadas de su arquero y algunas malas definiciones de Riaño distanciaron a Independiente de una ventaja que arribó recién a los 5 minutos del segundo tiempo con un zurdazo colocado de Mancuello desde afuera del área. Poco después, el propio Mancuello estuvo tres veces seguidas al borde de anotar un gol olímpico. Pero cuando mejor estaba jugando el Rojo, Figal se marchó expulsado por un foul fuerte a Walter Acuña un paso atrás de la línea del área grande y ya nada fue como había sido hasta entonces. Almirón lo colocó a Ojeda por Montenegro para cubrir la vacante defensiva y los ingresos de Jesús Méndez e Insúa por Pisano y Riaño transparentaron la decisión de no apretar tan arriba y de tener más la pelota.

Ni siquiera así Central pudo aparecer en el partido. Y el golazo de Méndez a los 40 minutos, luego de enganchar dos veces en el área y hacer pasar de largo a Caranta y a dos defensores, terminó de asegurar la victoria. Cuando hacía rato que desde las tribunas solo bajaban aplausos y gritos para reconocer un tarea redonda, casi inobjetable.

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Tras perder con River, Independiente se recuperó, celebró y se colocó a dos puntos.
Imagen: DyN
 
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