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Uno manda desde la defensa y el otro desde el centro del campo. Uno es un gran cabeceador y el otro brilla cortando y distribuyendo. Diego Godín y Javier Mascherano son muy diferentes pero comparten un título: son los caciques de Uruguay y Argentina. La cita promete chispas, pierna fuerte y más de un cruce de palabras subidas de tono.

Con 31 años recién cumplidos y más de cien partidos con la Selección Argentina, Mascherano viene de cerrar una temporada extraordinaria junto con Lionel Messi con el Barcelona, conquistando la Liga y Copa del Rey de España y la Champions League. El año pasado en Brasil no ganó el Mundial, pero emocionó hasta las lágrimas a sus compatriotas y entró en la leyenda. Ahora, en Chile, quiere gritar campeón de una vez por todas con la camiseta argentina.

“Mascherano dejó de ser discutido”, dijo el entrenador Gerardo Martino, recordando el impacto que produjo su soberbia actuación a lo largo de la Copa del Mundo, especialmente en la semifinal con Holanda que Argentina ganó por penales tras igualar sin goles en los 120 minutos.

Mediocampista que suele jugar de defensor central en su club, no se fue nada contento el sábado tras el sorpresivo empate 2-2 concedido por su equipo ante Paraguay en el debut en Chile. “Es preocupante”, afirmó, consciente de que ante Uruguay ya no habrá margen de error.

Si Mascherano es “el Jefecito”, Godín es “el Faraón”, uno de los puntales de la selección que fue cuarta en el Mundial Sudáfrica 2010 y ganó la Copa América 2011 eliminando en el camino a la albiceleste de Messi. Con de 29 años y 89 partidos internacionales, el espigado defensor central del Atlético Madrid no sólo es un bastión en la zaga; también es decisivo con sus cabezazos cuando pasa al ataque. Uno de ellos le dio nada más ni nada menos que el título de la Liga de España a su club en la temporada 2013/14 en campo del Barcelona.

Otro, contra Italia en el Mundial de Brasil, clasificó a Uruguay para los octavos de final cuando el equipo charrúa se quedaba afuera el día en que la estrella Luis Suárez mordió a Giorgio Chiellini, un incidente que paga actualmente con su ausencia en esta copa por suspensión de nueve partidos.

Godín festejó con mesura el triunfo ante Jamaica en el debut en Chile y de inmediato empezó a velar las armas para el clásico rioplatense. “Hay que pensar partido a partido. Ahora a pensar en Argentina como otra final a jugarla a muerte como se jugó ante Jamaica”, dijo tras el arranque con tres puntos. Con él y Mascherano en el campo de juego de La Serena el martes por la noche, nadie tiene dudas que así será.