Las escenas que quedan impregnadas suelen marcar un punto de inflexión, para ubicarse con el tiempo del mejor lado de los recuerdos o, desgraciadamente, del otro. El 10 de febrero último será una fecha que permanecerá guardada de por vida para este plantel de Huracán, debido al accidente automovilístico que sufrió en Venezuela, luego de jugar el repechaje que le permitió avanzar a la fase de grupos de la Copa Libertadores. Pero sin duda, uno de los que más padeció ese episodio fue Patricio Toranzo, que sufrió la amputación parcial de cuatro dedos de su pie izquierdo.

De todas maneras, el volante también recordará, con mucho más agrado, lo que le tocó transitar el viernes pasado, cuando luego de tres meses pudo volver a pisar un campo de juego. Con el semblante renovado, Toranzo dialogó con Página/12 y exhibió toda su felicidad por este regreso tan esperado.

–Se te vio muy emocionado después del partido ante Unión, e inclusive el público también lo vivió como algo propio, ¿qué fue lo que te provocó más vibración para llegar a las lágrimas?

–La verdad que fue como una explosión interna muy grande. Y el partido fue muy lindo para mí, para todos. Volver después de tres meses, de todo lo que pasó. Fue muy gratificante haber pisado la cancha de nuevo, las sensaciones son las mejores. Ya me saqué ese cosquilleo de estar de nuevo en el campo de juego. Ahora me estoy preparando para lo que se viene.

–¿En algún momento se te cruzó por la cabeza la posibilidad de largar todo?

–No, nunca. Yo dudé en el sentido de la lesión, porque no sabía lo que podía ocurrir, y tenía que soportar tres operaciones. Una vez que salió todo bien, como lo deseaba, no se me cruzó dejar en ningún momento.

–En ese instante tan particular, ¿te diste cuenta quiénes eran los que verdaderamente estaban cerca tuyo?

–Sabía los que iban a estar al lado mío, y lo hicieron con mucha contención. La verdad, familiares y amigos, que eran los que yo quería que estén, estuvieron en todo momento.

–Y de la gente del fútbol, ¿te sorprendió alguno?

–Me mandaron mensajes jugadores de acá, de afuera, ex jugadores. Se solidarizaron con todo el plantel de manera notable.

–Luego del accidente el equipo pareció fortalecido, y hasta estuvieron muy cerca de igualar a Lanús en un momento. ¿Desde afuera, vos te pudiste dar cuenta de cosas que antes pasabas por alto?

–Por supuesto, valoré mucho todo, lo que tenía, mi gente cercana. Lo agarraba fuerte a mi hijo y no lo podía soltar. La importancia de la familia es fundamental, sin ellos no hubiera podido salir de esto. Ahora que estoy de vuelta no me olvido de esos momentos, porque me hacen más fuerte y me ayudan a proteger a los seres queridos.

–¿Cómo ves el futuro tuyo en particular, y de Huracán en general?

–El futuro no lo sé, vivo el presente. Nos queda un partido por delante, el domingo contra Lanús, después vendrán las vacaciones, y luego siempre nos pondremos objetivos por cumplir.

El complejo “La Quemita” se empieza a desalojar, luego de otro día de entrenamiento, y Toranzo se retira como uno más. Intimamente, él tiene bien claro que cada día que transcurre no es uno más en su vida, y lo disfruta hasta el último instante.