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Alrededor de las 16 del jueves pasado, la Plaza Houssay se llenaba de cantos, de colores, de consignas, de estandartes y banderas pintadas a mano. Pasaban los minutos y convivían, sobre un costado de la Plaza, una clase pública de Medicina, un stand de serigrafía de la FADU y la concentración de la Facultad de Exactas con una bandera gigante. Como nunca antes, la Plaza se llenaba de estudiantes y docentes, llegados de universidades de todo el país y de las distintas facultades de la UBA. Rápidamente, los cientos se convirtieron en miles y los miles en decenas y decenas de miles, alzando sus voces para defender la educación pública en una movilización que fue histórica.

Para la inmensa mayoría de los estudiantes esta fue su primera experiencia en una marcha educativa callejera. Como hace rato no pasaba, salimos todos de las aulas porque el reclamo por el presupuesto y por los salarios de nuestros docentes cruzó todas las barreras. El clima de indignación llegó hasta los pasillos de facultades como Derecho, donde no se veía una asamblea hace más de una década. Es que, esta vez, los estudiantes entendimos que está en juego nuestro derecho a formarnos y nos pusimos de pie para defenderlo.

Una vez más, las grandes mayorías son las que están obligando a que un gobierno que no escucha tenga que hacerlo. Incluso ante la inminencia de esta marcha, el miércoles anterior, el ministro Bullrich prometió 500 millones de pesos y declaró que “no había crisis”, con el evidente objetivo de desanimar la movilización.

Como se demostró en estos primeros meses, al Gobierno parece interesarle poco que haya “universidades por todos lados”, le da escaso valor a lo público en general. Pero los estudiantes y docentes demostramos que estaremos en la calle para que las promesas se cumplan, para que los problemas se resuelvan y sobre todo para recordar que la educación pública tiene que ser una prioridad en todo el país.

Para nosotros, la lucha recién empieza y es mucho lo que se juega. Seguirán las asambleas y actividades, porque necesitamos ya el aumento presupuestario y salarios dignos para los docentes y no docentes. Porque mientras suben las tarifas y la inflación se dispara, para poder estudiar también necesitamos un boleto educativo. Porque si conseguimos el presupuesto, queremos que se distribuya de manera transparente y se termine la corrupción en la UBA. Porque la educación del pueblo no se vende, se defiende.

* Copresidente de la FUBA, Corriente Universitaria La Mella.