Viernes, 27 de mayo de 2016 | Hoy
DEPORTES › EL 27 DE MAYO DE 2015 DETENIAN A SIETE DIRIGENTES EN SUIZA
En junio próximo se conocerán nuevas sentencias en EE.UU. como la del empresario Alejandro Burzaco. Infantino continúa con su depuración. Pero siguen apareciendo sospechosos de corrupción.
Por Gustavo Veiga
A un año de que se destapara el escándalo de los sobornos, en la FIFA siguen apareciendo corruptos. Son tantos, que ya no pide su extradición Estados Unidos. Los depura la vapuleada federación. El último es el alemán Markus Kattner, su ex secretario general adjunto. Despedido por irregularidades financieras esta semana, por ahora no integra la lista de los 41 ex dirigentes imputados por recibir coimas de empresarios que se apropiaban así de derechos televisivos. El 27 de mayo de 2015, siete de los acusados por la fiscal norteamericana Loretta Lynch eran detenidos en Suiza en un operativo del FBI y de la policía local. De aquellas cuatro decenas, hoy quedan muy pocos en prisión. La mayoría está en libertad bajo fianza y a los restantes se les otorgó el arresto domiciliario. En junio se conocerá una tanda de condenas en Estados Unidos. El 24 de ese mes se sabrá qué pena recibirá el ex CEO de Torneos y Competencias, Alejandro Burzaco. La investigación judicial que apuntó contra las sospechosas adjudicaciones de los mundiales de Rusia y Qatar, terminó por descubrir que la mugre había tapado sucesivas ediciones de la Copa América.
A los acusados se les inició proceso básicamente por tres cargos: conspiración criminal, conspiración para lavar dinero y transferencias fraudulentas. Pero hay más imputaciones, y la Justicia estadounidense trata de determinar dónde están unos 200 millones que recibieron los sobornados. La cadena de delaciones que empezó con el ex dirigente del fútbol de EE.UU., Chuck Blazer, se transformó en un dominó en el que cayó una pieza tras otra. El empresario brasileño y ex periodista deportivo José Hawilla también fue de los primeros en confesar cómo pagó sobornos para obtener derechos de TV.
Entre los dirigentes hay dos argentinos: Eduardo Deluca y José Luis Meiszner, ambos bajo arresto domiciliario. El tercer implicado falleció en 2014: Julio Grondona. También son tres los empresarios: Burzaco, Hugo Jinkis y su hijo Mariano. Podría agregarse a esta lista José Margulies, que nació en el país pero tiene la nacionalidad brasileña.
Los sospechosos de delitos que integraban la FIFA o las distintas federaciones nacionales fueron perseguidos, detenidos, embargados y afrontan penas que en Estados Unidos llegan hasta los 20 años de prisión. Esa es la parte más conocida de la trama. Pero muy poco se sabe de otra. Hasta dónde alcanzará la ley a otros partícipes necesarios: bancos como el JP Morgan, el HSBC y el Credit Suisse por donde pasaron los sobornos; las multinacionales del entretenimiento y la comunicación como Fox y DirecTV que se valieron de los derechos mal habidos; y la productora TyT Sports Marketing (una fusión de la brasileña Traffic y Torneos y Competencias) o Datisa (que unió a las dos anteriores con Full Play de los Jinkis) que pagaron las coimas.
El mes próximo, el primero que escuchará su sentencia será el caimanés Jeffrey Webb, ex presidente de la Concacaf (2011-2015) que espera en su casa por el fallo. Se declaró culpable como los empresarios Burzaco y Margulies que recibirán una condena segura pero reducida por haber cooperado, el 24 de junio. El ex CEO y accionista de TyC declaró en noviembre de 2015: “Torneos y yo obtuvimos rédito de estos pagos, directa e indirectamente, al asegurarnos los derechos en una compañía de la cual Torneos era socia. Esa compañía podía comercializar y Torneos podía cubrir con éxito los torneos que esos derechos cubrían”, afirmó.
Otros cuatro implicados que recibirán el veredicto de un juez estadounidense en junio son: el ex presidente de la Federación Colombiana de Fútbol, Luis Bedoya; su par de la Asociación de Fútbol Profesional de Chile, Sergio Jadue y los accionistas de la firma Media World, el español-estadounidense Roger Huguet y el brasileño Fabio Tordin. La confesión de estos últimos empresarios comprometió al ex presidente de Honduras y de la federación de su país, Rafael Callejas, hoy bajo arresto domiciliario. Todos ellos pagaron multas, devolvieron dinero sucio y se comprometieron a incriminar a más presuntos culpables.
El 27 de mayo del 2015 fueron atrapados en Zurich el uruguayo Eugenio Figueredo, el costarricense Eduardo Li, el venezolano Rafael Esquivel, el nicaragüense Julio Rocha, el brasileño José María Marín, el ya mencionado Webb y el británico-griego Costas Takkas. Serían los primeros pero no los últimos. Por el largo brazo de la Justicia yanqui o por la crisis imparable que se desató en la FIFA, comenzaron a caer muchos directivos latinoamericanos. Meses después les llegó el turno a los dos dirigentes más poderosos del fútbol mundial: Joseph Blatter y Michel Platini. El 21 de diciembre del año pasado la FIFA los suspendió por ocho años para cumplir cualquier actividad. Se los sancionó por deslealtad y conflicto de intereses. El suizo le había pagado al francés dos millones de dólares en 2011 por asesorar a la federación. Dijeron que era un acuerdo de palabra.
Como si el centenario Joao Havelange estuviera a salvo de tanto derroche y corrupción, la emprendió contra quien lo sucedió en la FIFA en 1998. Escribió en una carta que “Blatter sabía todo” cuando estalló el escándalo. Otro suizo pero más joven, el actual presidente Gianni Infantino, asumió el 26 de febrero pasado y a menos de dos meses de estar en el cargo, quedó salpicado por los Panama Papers. Como fuere, reclamó que a la FIFA le devuelvan al menos 190 millones de dólares que cobraron los dirigentes coimeros.
Las confederaciones como la Conmebol y las federaciones nacionales –incluida la propia AFA– podrían exigir también la parte que les corresponde por los sobornos que recibieron sus representantes que confesaron delitos. En la Argentina, ése no parece haber sido el camino elegido para recuperar lo que se pagó en coimas a cambio de televisar los partidos de la Selección. A TyC le extendieron un importante contrato de derechos televisivos hasta 2022. Sigue beneficiándose al igual que la cadena Fox –otra de las investigadas en EE.UU.– de lo que Burzaco se confesó culpable ante el juez Robert Levy, en Nueva York: “Un papel activo en las estrategias de sobornos”.
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