DEPORTES › ARGENTINA VENCIO 3-2 EN EL
MONUMENTAL Y ES LIDER DE LAS ELIMINATORIAS
Fue una victoria para hacer la punta
La Selección consiguió una victoria apretada pero justa y pasó a liderar la tabla de las Eliminatorias tras la caída de Brasil. Rey en contra, Riquelme y Saviola marcaron los goles del equipo de Pekerman. El equipo de Pekerman vuelve a jugar en marzo, contra Bolivia.
Por P. V.
El repaso de las situaciones de gol generadas por Argentina y Venezuela a lo largo de los 90 minutos no dejan duda a la hora de certificar la justicia del resultado. Acaso la diferencia fue escasa, teniendo en cuenta el múltiplo entre un recuento y otro, más parecido al cuatro o al cinco que a lo que sugiere el marcador final. Así como ese repaso, que además revela la participación de Juan Román Riquelme en más de la mitad de las situaciones de peligro creadas por el equipo nacional, respalda la victoria, también sustenta la sensación de que el partido de anoche no fue tan pobre como el apretado resultado final quiere hacernos creer.
Lo que sucedió anoche en el campo del Monumental no fue más que, mientras Venezuela intentaba hacer su negocio mezclando el “fútbol irreverente” que quiere imprimirle su técnico Richard Páez con la cautela prudencial con la que buscaron evitar la goleada toda vez que a los tres minutos ya estaba en desventaja, la resolución dinámica de una tensión entre el equipo que se va, el que dejó Marcelo Bielsa grabado a fuego después de cuatro años, y el equipo nuevo que José Pekerman quiere poner en movimiento, el que quiere armar no con lo que le dejó su antecesor, sino con lo que a él más lo satisface.
La Selección, y anoche fue evidente, mezcló jugadores que juegan todavía a la velocidad Bielsa (Zanetti, Sorin, de a ratos el Chelito Delgado) con otros que marcan el tempo Pekerman, especialmente Riquelme y Cambiasso, casi siempre Solari. Esa tensión se va resolviendo a favor de, obviamente, los resultados. Los jugadores que interpretan mejor el credo del nuevo entrenador, que juegan con la cuarta puesta en lugar de la sexta, van frenando el vértigo del equipo y, acaso, esa actitud se confunde con la lentitud o la morosidad del pase corto o el toque al pie.
Contra Uruguay, en el debut de Pekerman, no se vio tan claro porque, además, el partido se resolvió fácil. Anoche, después de que Rey abriera el marcador cabeceando en contra un centro muy cerrado de Riquelme, cuando el empate de Venezuela sorprendió, después de que Mascherano perdiera la pelota en el medio y Morán le ganara el quiebre de cintura a Milito definiendo entre las piernas de Abbondanzieri, se necesitó convicción para sostener esa búsqueda, ese camino para resolver la tensión entre estilos.
El golazo de Riquelme, un tiro libre perfectamente ejecutado, agilizó la reacción, después de diez minutos de sopor tras el empate, y el bombazo al primer palo de Saviola fue la última joya de la noche, deslucida por la floja noche de Abbondanzieri, que se comió un tiro libre de Vielma que desembocó en el descuento, y le tapó otro en el final.
Pekerman profundizará seguramente en el 2005. Intérpretes para su impronta tiene.