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Los Springboks fueron una exigencia demasiado dura para Los Pumas. Con un primer tiempo jugado a pura potencia y velocidad, Sudáfrica marcó un clara ventaja en el marcador y administró la diferencia en su favor con el oficio de un grande ante un equipo argentino mechado entre titulares y suplentes. Los dirigidos de Marcelo Loffreda, que cometieron muchos errores conceptuales en la primera media hora de juego, repuntaron su rendimiento en el complemento, en base a un planteo basado en el despliegue físico de sus forwards y la tenencia de la pelota. El fullback Gaffie du Toit, con una cosecha de veinticuatro puntos, fue la figura de la cancha.
Los Pumas intentaron desde un principio controlar el juego del rival con presión en la ofensiva. En los primeros tramos del partido pareció que podían combinar el trabajo agresivo de sus forwards con los pases salteados de los backs. Pero una desconcentración en la cesión de la pelota del equipo argentino le permitió al centro sudafricano Marius Joubert escaparse y señalar el primer try del partido, que luego Du Toit se encargó de convertir, cuando transcurrían siete minutos de juego.
A partir de entonces, el partido se abrió para los visitantes. A la potencia física de su fornido pack, los sudafricanos le agregaron el juego rápido de sus tres cuartos. Tras un penal señalado por Du Toit, los “bocks” sacaron provecho de las desconcentraciones argentinas con una demoledora andanadas de tries. De Preez, Cronjé y el propio Du Toit, en dos ocasiones, se encargaron de apoyar detrás de la línea del ingoal frente al desconcierto de Los Pumas. Se trató de una media hora brillante del conjunto de Jake White, que logró una amplia ventaja de 36 puntos.
Los argentinos intentaron reaccionar y con mucho esfuerzo empujaron al rival contra la línea final, en los últimos diez minutos de juego. En medio del asedio albiceleste, Augusto Petrilli quebró la formación sudafricana y cedió para que Artese señalara el único try del partido para el seleccionado argentino.
Si bien Sudáfrica salió a jugar el segundo tiempo con la clara intención de regular los tiempos e imponer así su propio ritmo al partido, los dirigidos de Loffreda mejoraron en esta segunda parte muchos aspectos de su producción: no cometieron tantos errores en el saque desde el line, jugaron la pelota con mayor criterio y mejoraron mucho en la recepción de los envíos aéreos. Du Toit marcó de penal para su equipo y puso a los veinte minutos de juego las cifras definitivas del partido. El último campeón del Tres Naciones cerró con un claro triunfo un gran año de competencia. Los Pumas, aun con un plantel mermado por la falta de alguno de sus titulares, demostraron con un rendimiento irregular, que todavía están lejos del nivel que poseen las grandes potencias del Cono Sur.
Informe: Leonardo Castillo.