La Selección de Italia volvió a quedar hoy en el centro del escándalo luego de que el capitán Fabio Cannavaro fuera obligado hoy por la Federación Italiana de Fútbol (FIGC) a rectificarse de un apoyo que había dado horas antes a Luciano Moggi, el polémico ex dirigente de Juventus acusado por la Justicia de manipular árbitros, mientras que se supo que el entrenador Marcello Lippi recibía favores de automóviles Fiat con descuento que le conseguía el propio Moggi. Cannavaro defendió a Moggi, afirmando que “todo el fútbol italiano funcionaba así”. “Leyendo los diarios me di cuenta de que no transmití mi pensamiento real. Sigo convencido de que quien se ha equivocado, debe pagar; yo también quiero un fútbol limpio y serio”, debió rectificarse.