Aunque tengan un único representativo en el Mundial, Montenegro se separó políticamente de Serbia a fines de mayo. El referéndum que se llevó a cabo en aquel micropaís de la ex Yugoslavia dio como resultado una mayoría de electores (55 por ciento) que se mostraron a favor de la separación de su vecino. Serbia recién ayer reconoció a Montenegro como Estado independiente.

Para los que votaron por la escisión, la soberanía impulsará el crecimiento y favorecerá uno de sus mayores desafíos: la integración de Montenegro a la Unión Europea –el bloque es reticente a incorporar nuevos países miembro–. Montenegro tiene 650 mil habitantes (como Jujuy), un tercio es de origen serbio y un quinto está formado por albaneses o eslavos musulmanes.

Tras semanas de dudas, Serbia reconoció finalmente a su vecino como nuevo Estado independiente. “Tras la sesión del Parlamento serbio del 5 de junio en la que se constató la independencia de Montenegro, todas las condiciones están reunidas para que el gobierno serbio reconozca, en nombre de Serbia, a la República de Montenegro y establezca relaciones diplomáticas”, según el comunicado del gobierno serbio. Anunció que intercambiará embajadores con el país con el que hasta ahora formaba una entidad conjunta. De este modo aspira a crear “relaciones amistosas”, señaló el gobierno en Belgrado. Los montenegrinos que viven en Serbia podrán adoptar la nacionalidad serbia, según el gabinete del primer ministro Vojislav Kostunica. Con ello quedarán equiparados a los estudiantes serbios los muchos montenegrinos que estudian en universidades del país. Antes de Serbia, la Unión Europea (UE), Estados Unidos, Rusia y numerosos otros países ya habían reconocido la independencia.