La escandalosa vida social de Mike Tyson sumó en la madrugada un nuevo capítulo. Es que el ex campeón mundial de los pesos pesado fue detenido en el estado de Arizona por conducir borracho y, para colmo, en el vehículo en el que viajaba se encontró una pequeña dosis de cocaína. De esta manera, el neoyorquino sumó un nuevo problema a su larga lista de inconvenientes con la ley.

Luego de asistir a un local nocturno en la localidad de Scottsdale, Tyson intentó retirarse del lugar, pero fue interceptado por un patrullero. En ese momento, el ex boxeador trató de escaparse y estuvo a punto de chocar al vehículo policial, aunque luego pudo ser detenido. Y de acuerdo con uno de los oficiales que lo arrestó, el ex campeón del mundo “mostraba evidentes signos de intoxicación”. Después de esos hechos, Tyson fue sometido a un control de alcoholemia que determinó que “estaba conduciendo en estado de ebriedad”. Además el automóvil en el que viajaba el boxeador fue examinado y se halló una pequeña dosis de cocaína.

Así, el ex campeón del mundo de los completos fue derivado a una celda en el condado de Maricopa, en la que permaneció algunas horas, antes de que se abonara una fianza que le permitió quedar libre. La Justicia ordenó su liberación, pero también lo obligó a someterse a controles periódicos para constatar que no ingiera alcohol o drogas, hasta que sean presentados los cargos en su contra.

Tyson, quien reinó durante años en la máxima categoría del pugilismo luego de lograr el título en 1986, al ganarle al jamaiquino Trevor Berbick, dilapidó una fortuna estimada en 300 millones de dólares. A los 39 años, Iron Man purgó una condena por violación hace algunos años y hoy está en la bancarrota. Por eso anunció que iba a armar exhibiciones que le permitan tener dinero en el bolsillo. Poseedor de un record profesional de 50 victorias, 44 antes de límite y 6 derrotas, Tyson subió por última vez a un cuadrilátero oficialmente en junio de 2005, cuando sufrió un duro revés ante el ignoto irlandés Kevin McBride.