Sábado, 30 de diciembre de 2006 | Hoy
EL PAíS › KIRCHNER DENUNCIO POR CADENA NACIONAL LA “MANO DE OBRA DESOCUPADA”
La Casa Rosada centró todas sus sospechas sobre la figura de Patti y hacia allí decidieron apuntar la investigación. En el duro discurso del Presidente también se nombró al ex subcomisario. Kirchner comparó las desapariciones de López y Gerez con las presiones de sectores de las Fuerzas Armadas y de seguridad para forzar las leyes de impunidad.
Por Martín Piqué
–¡Lo largaron, lo largaron! –gritó el Presidente tras entrar como una tromba en el despacho del jefe de Gabinete, Alberto Fernández.
Su interlocutor estaba hablando con un periodista cuando el propio Kirchner lo interrumpió para contarle la novedad. Al mandatario se la había contado por teléfono el gobernador Felipe Solá. El albañil Luis Gerez, testigo clave contra Luis Patti, había aparecido en la localidad de Garín corriendo en cueros por una calle medio perdida del norte del conurbano. En la Casa Rosada festejaron la aparición como un triunfo. Para importantes funcionarios del Gobierno, su liberación había sido el resultado de un supuesto acierto oficial a la hora de elegir el rumbo de la búsqueda. Según el funcionario, un ministro con despacho en el primer piso de Balcarce 50, la hipótesis que privilegió la Rosada estuvo vinculada con el ex subcomisario y fundador de Paufe. “Empezamos a seguir el rastro Patti. Supimos que todos los testigos de la causa Gonçalves habían sufrido amenazas porque debían declarar contra Patti. Entonces dedujimos que podía ser Patti o que se hubiera producido un fenómeno similar al de Gregorio Ríos, en relación al asesinato de José Luis Cabezas. Tal vez lo mandó a amenazar y lo terminaron secuestrando”, aseguró el funcionario en diálogo con Página/12.
En el análisis del Gobierno, la liberación de Gerez se produjo gracias a una combinación de factores: por el desembarco de los tres mil efectivos de las fuerzas de seguridad que saturaron la zona de Escobar en los últimos dos días, pero también por algunos párrafos del discurso que el Presidente leyó ayer a la tarde por cadena nacional. En las cinco hojas del discurso, Kirchner había incluido varios párrafos dirigidos a los presuntos secuestradores de Gerez. Tampoco fue casual que en el documento sólo se mencionaran dos nombres propios: el de Miguel Etchecolatz y el del propio Patti. El Presidente nombró a los dos represores para decir que habían desaparecido dos testigos, Jorge Julio López y el propio Gerez.
La mención a Patti en el discurso que leyó el Presidente no fue casual. Su apellido quedó incluido en el texto por una decisión del propio Kirchner. Tanto él como sus colaboradores pensaban que eso podría ser interpretado como un mensaje por los presuntos secuestradores de Gerez. Y así fue leído por el Presidente en su mensaje ante las cámaras. “Hace poco más de cien días manos anónimas secuestraron al testigo del caso Etchecolatz, Jorge Julio López. Hace dos días que no tenemos noticias del testigo del caso Patti, Luis Gerez. Todo hace pensar en que en ambos casos ha actuado lo que se conocía como mano de obra desocupada, es decir elementos paramilitares o parapoliciales, que quieren amedrentar y lograr su objetivo de mantener la impunidad”, leyó el Presidente.
El rostro de Néstor Kirchner era toda una metáfora de la concentración, la seriedad, el nerviosismo. Mientras hacía su discurso en cadena, su mirada buscaba una y otra vez a la cámara. Era obvio que quería reforzar el impacto de sus palabras. “Sepan todos que este Presidente no avalará ningún tipo de amnistía”, subrayó. “Es preciso que cada uno de los habitantes de nuestra querida patria asuma la gravedad de la hora”, exhortó. También llamó a los testigos de las causas sobre violaciones a los derechos humanos a aceptar la “protección” oficial.
Era la segunda vez que hablaba en cadena nacional desde que denunció un intento de extorsión del ex juez de la Corte, Julio Nazareno. Aquella vez hacía muy poco que había asumido su mandato. Ayer también recurrió a la comunicación directa con la gente, pero el contexto era mucho más dramático. “Esto es gravísimo”, había dicho el Presidente.
Cuando apareció ante las pantallas, Kirchner parecía visiblemente enojado. Estaba sentado en su despacho, rodeado de fotos familiares. Fuera de cámaras lo observaban el vocero Miguel Nuñez, el secretario legal y técnico Carlos Zannini, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli. Además de acusar el “intento de extorsión”, el Presidente vinculó las desapariciones de López y Gerez con los grupos pro-militares que organizaron un acto en la Plaza San Martín el 5 de octubre. Allí pidieron una “amnistía lo más amplia posible” para los militares inculpados en la represión ilegal. “La sociedad argentina toda es la agredida por el accionar mafioso de quienes quieren garantizar la impunidad”, cargó el Presidente.
El texto que Kirchner grabó en su despacho media hora antes de que fuera emitido había sido redactado en la quinta de Olivos. En su escritura participaron el Presidente, su esposa Cristina Fernández, Zannini y Fernández. En esa reunión, que se produjo en las primeras horas de la tarde, Kirchner decidió denunciar un “intento de extorsión” por parte de grupos vinculados a la “mano de obra desocupada” con el objetivo de obtener una amnistía para los militares y agentes de seguridad implicados en violaciones a los derechos humanos.
Durante esa charla, el Presidente y sus acompañantes decidieron que avanzarían con la hipótesis de que detrás del secuestro de Gerez hubiera gente vinculada de alguna forma a Patti. ¿Qué los había llevado a esa impresión? Tenían la información de que todos los testigos de la causa por la desaparición de Gastón Gonçalves –responsable de la Juventud Peronista de Escobar en los ‘70, compañero de militancia de Gerez– habían sido amenazados. Esa causa tramita en el juzgado federal de San Nicolás y podría terminar con la detención del fundador de Paufe. Patti es el principal acusado por la desaparición de Gonçalves.
Desde ayer al mediodía, la presunción de que allegados a Patti podrían estar involucrados en la desaparición de Gerez parecía haber encontrado cierto consenso en la Justicia. El jueves a la noche, el ministro del Interior había conversado con la fiscal Andrea Palacios, que estaba a cargo de la “averiguación de paradero” de Gerez. Allí se supo que la fiscal estaba estudiando citar a Patti para que prestara declaración. Pero todo quedó en suspenso cuando el propio Solá llamó a Kirchner para avisarle que el albañil había aparecido vivo en una calle de Garín.
Poco después de enterarse, en el Gobierno se atribuían una cuota importante de la liberación de Gerez. Decían, puntualmente, que el discurso de Kirchner había logrado un efecto intimidatorio sobre los secuestradores. “Lo largaron menos de una hora después de que el Presidente hablara por cadena. Acá estaban involucrados dos ex comisarios de la Bonaerense, los dos testigos desaparecidos tenían que ver con ellos. En cambio, no hay ningún problema con la causa de la ESMA. Por eso no perdimos tiempo. En el discurso hablamos de la causa Patti y metimos tres mil tipos en la calle”, relató a Página/12 un funcionario que estuvo muy cerca del Presidente cuando se enteró de que Gerez estaba libre.
Los testigos que declararon contra Patti están pidiendo entrar al sistema de protección tras el secuestro de Gerez. Así lo confirmó Ana Oberlín, abogada querellante en la causa en la que se investiga la desaparición de Gastón Gonçálvez, un militante montonero asesinado en abril de 1976. La abogada explicó que “muchos de los testigos no querían, porque vivir con custodia es tremendo; pero ahora la mayoría aceptó”. Los declarantes en la investigación son seis.
El sistema de protección consiste en un seguimiento de los testigos mediante una pulsera que se monitorea por vía satelital. Además, si la persona lo requiere, se le pone una custodia fija.
Aunque se supone que el principal problema es la reticencia de las víctimas a aceptar una custodia policial, una de las testigos que había pedido protección en octubre, tras la desaparición de Julio López, denunció el mal funcionamiento del sistema. Se trata de la docente Ana Orifici: “La custodia fija se fue diluyendo y en el día de ayer y en el de hoy directamente no le vimos la nariz a nadie. Llamé por teléfono a la persona responsable de esto, un inspector de apellido Sonda, pero estuvo inubicable”, señaló. Orifici contó que en el último mes hizo varios reclamos por este tema, sin suerte. “Ahora, con lo de Gerez, nos llamaron tanto de la provincia como de la Nación y nos pidieron los datos. Quedaron en darnos mañana (por hoy) una respuesta.”
Orifici fue secuestrada durante la dictadura junto a su marido. En el 2005 participó en el reconocimiento de uno de los centros clandestinos en los que estuvo detenida, y al día siguiente un grupo de desconocidos entró a robar a su casa. Tras la desaparición de López, sus suegros recibieron amenazas telefónicas.
Fuentes del Ministerio de Seguridad bonaerense aclararon que recibieron muchas consultas, pero todavía ninguna solicitud formal. Los testigos “están evaluando” si concretan el pedido, lo que harían posiblemente en los próximos días, dijo el consultado.
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