El presidente de River, José María Aguilar, reaccionó por fin tras los episodios de violencia registrados en su club una semana atrás y anunció la expulsión de seis barrabravas, como primer paso para lograr acortar la suspensión de cinco fechas que pesa sobre el estadio Monumental, una sanción que Aguilar calificó de “arbitraria” ya que, a su criterio, “River es el club más seguro de Argentina”. El dirigente se presentará hoy en la Cámara de Diputados a prestar testimonio sobre lo ocurrido ante la Comisión Antiviolencia. “No es sencillo estar en el ojo de la tormenta y ahora nosotros estamos en ese lugar”, se autocompadeció el dirigente.

“Cuando tengamos una condena firme vamos a poder expulsarlos. River ya se presentó como querellante”, afirmó por la mañana, al salir de su domicilio. Al mediodía, fue más concluyente: Hugo Adrián Rousseau, Alan Schlenker, William Schlenker, Martín Gonzalo Acro, Alexis Alan Decoste y Cristian Ariel Ghisletti, integrantes de los Borrachos del Tablón y protagonistas de la pelea en la zona de quinchos del club, el domingo 11, “no serán más socios de River –anunció el dirigente–. Había que tomar una decisión y ya está tomada, es una decisión mía”.

El plan de la Comisión Directiva de River, que sesionó ayer en otro lugar, dado que las instalaciones del club están clausuradas y en la confitería ubicada enfrente a las instalaciones se desarrollaba un mitin opositor, es levantar cuanto antes la clausura, aunque la AFA anunció ya ayer que el domingo River será local ante Racing en el estadio de Vélez, en Liniers.

“Es una medida arbitraria, había que encontrar un chivo expiatorio y eso es lo que hicieron”, dijo Aguilar en relación con la decisión adoptada por el Ministerio del Interior. “River es el club más seguro de la Argentina, esto es indudable –insistió–. Todos ustedes (por los periodistas) lo saben, (también) los jugadores, los técnicos, la policía, el ministro del Interior, el secretario de Seguridad y cualquiera que haya deambulado alguna vez por las canchas del país.”

Aguilar dijo “sentirse responsable” de todo lo que pase en River, pero atribuyó a la policía la obligación de controlar la seguridad. “Está la Justicia actuante, hay una jueza contravencional que tomó algunas determinaciones y sé que también está actuando la Justicia en lo criminal, también hay un expediente administrativo que maneja el ministro del Interior”, comentó.