Calor agobiante y apoyo popular es lo que sentirán los jugadores de la Selección Argentina cuando hoy pisen Maracaibo, la ciudad donde está establecido el “bunker” del equipo que dirige Alfio Basile con vistas a la Copa América. “La ciudad por el sol amada” recibirá al equipo haciendo gala del sobrenombre puesto por sus propios habitantes, ganado a pulso por un fortísimo sol que, sumado al alto índice de humedad, hacen de la ciudad una natural candidata para ser la sucursal del infierno en la Tierra.

Basta con sumergirse por la zona de los “buhoneros”, es decir el mercado gigante ubicado a la vera del hermoso Paseo de la Virgen de Nuestra Señora de Chiquinquira, patrona de la ciudad, para verificar no sólo que la Selección Argentina despierta gran interés, sino también que el número iconográfico que distingue al equipo ha cambiado.

Las camisetas albicelestes cuelgan de casi todos los puestos ambulantes que venden artículos deportivos, pero ya no llevan el 10 de toda la vida. Ahora el referente es el 18, el número de Lionel Messi.

“¿Es verdad que es como Maradona?”, pregunta Giovanni, propietario de un carrito, coche que con un recorrido fijo hace las veces de medio de transporte pese a tener claro el inminente destino de desguace, y al que la gente se sube estirando la capacidad del destartalado vehículo lo máximo posible.

No es el único que al ser preguntado por la presencia de Argentina en la ciudad, más temprano que tarde deriva la charla hacia el astro del Barcelona. En general, la devoción que siempre se tuvo en la zona con la Selección Argentina, fenómeno cuanto menos peculiar tratándose de Sudamérica, se canaliza en estos momentos en la figura de Messi.

Pese a que conseguir entradas es una quimera, se percibe que el clima de torneo todavía está encendiéndose en la gente, aunque Maracaibo sí se puso ya sus mejores galas.

En el centro, a lo largo de la comercial Avenida Bella Vista, hay banderas y fotos de los equipos participantes mientras que Guaky, el loro que es mascota del campeonato, consiguió en los carteles de toda la urbe un lugar más preferencial todavía que el que tiene Gian Carlo Di Martino, sonriente alcalde de la ciudad.

En este ambiente hará hoy su arribo la delegación argentina, que aterrizará por razones de seguridad en la Base Aérea Barú, donde el público no tiene acceso y serán escoltados por efectivos de las fuerzas de seguridad del Estado hasta el Hotel Maruma, en el que sí se espera afluencia de algunos fanáticos para dar la bienvenida a los catorce veces campeones de la Copa América.