El plantel de Boca, que cayó ante Milan en la final del Mundial de Clubes en Japón, arribó ayer a Buenos Aires en medio de los rumores sobre el futuro del entrenador Miguel Angel Russo. A pesar de la derrota ante el poderoso equipo italiano, unos 200 hinchas se acercaron al aeropuerto de Ezeiza para darle la bienvenida al equipo y manifestarle su apoyo a Russo, que dijo tener “expectativas” con respecto a la renovación de su vínculo. En tanto que el presidente de Boca, Pedro Pompilio, volvió a negar que los ex jugadores del club Guillermo Barros Schelo-tto o Diego Cagna sean en este momento opciones válidas para ocupar el cargo.

“Las expectativas uno las tiene pero habrá que ponerse de acuerdo en todo. Me quiero sentar a ver lo que pretende Boca y que me escuchen a mí, lo que pretendo yo, porque es una negociación”, manifestó Russo al ser consultado sobre su futuro apenas pisó suelo argentino, antes de remarcar que todo dependerá del resultado de la reunión que mantendrá en las próximas horas con los dirigentes boquenses.

Pompilio, por su parte, se quejó, al igual que Juan Román Riquelme (ver aparte), de las versiones periodísticas que marcaban el final del ciclo de Russo y el veto a la candidatura de Barros Schelotto a instancias de una charla que habrían sostenido el directivo y el talentoso volante que viajó a Japón a acompañar al equipo. “Sigo sosteniendo lo mismo, nos vamos a juntar con el técnico. Me sorprende que haya comentarios de gente que ni siquiera estuvo en Tokio. Me sorprende lo que he leído en el avión, comentarios de cosas que no ocurrieron. Pero es Boca, una caja de resonancia. En las próximas horas va a quedar normalizado”, manifestó.

El dirigente José Beraldi, actualmente vicepresidente segundo del club, dejó abierta una puerta para la continuidad de Russo. “Estamos conformes con el trabajo de Ru- sso. El apoyo de la gente siempre cuenta, pero lo que más cuenta es el análisis que nosotros hagamos”, comentó el dirigente tras la caótica salida del equipo en el aeropuerto.

La salida al hall central de los jugadores boquense fue entre abrazos y empujones, cánticos y demostraciones de afecto de más de 200 hinchas, que incluso apoyaron al DT. “Estamos dolidos, ya que todos queríamos ganar la final, pero ya pasó y ahora hay que pensar en lo que vendrá en 2008”, dijo el arquero Mauricio Caranta, que evitó dar su opinión con respecto al tema Ru-sso. “Esa es una cosa que deben resolver los dirigentes”, apuntó.

El volante Sebastián Battaglia señaló: “Estamos amargados porque no pudimos traer el título. Igual el equipo nunca bajó los brazos y luchó hasta el final para revertir la situación”. Mientras que Pablo Ledesma remarcó: “Estoy tranquilo, ya que dimos todo”.

El plantel comenzó sus vacaciones y volverá a trabajar el 7 de enero en Casa Amarilla, antes de viajar a Tandil, donde hará la pretemporada.