Walter Pérez, quien ayer alcanzó junto al legendario Juan Esteban Curuchet el punto más alto de su carrera deportiva, aseguró que la clave para ganar la competencia fue “dar el primer golpe y mantenerlo hasta el final”. “Pusimos lo que teníamos que poner para mantenernos ahí arriba, porque nos atacaron todos los equipos; muchos de ellos estaban muy fuertes, pero nosotros dimos el primer golpe y lo mantuvimos hasta el final”, afirmó.

“Gracias a Dios pudimos lograr este sueño increíble, del que no queremos despertarnos”, dijo Pérez, muy emocionado luego de adjudicarse el primer oro olímpico de la historia del ciclismo argentino. “Luchamos desde el principio y sacamos una vuelta cuando faltaban todavía 120. Sabíamos que iba a ser una carrera muy dura, pero veíamos que estábamos aguantando todos los ataques de los demás equipos y así lo pudimos definir”, agregó el deportista de la localidad de San Justo, quien ya participó en otros tres Juegos Olímpicos: Atlanta 1996, Sydney 2000 y Atenas 2004.

Con lágrimas en los ojos, Pérez no pudo ocultar la felicidad de haber conquistado una medalla que le resultaba esquiva desde hacía mucho tiempo. “Este es el sueño de 28 años de carrera de Juan (Curuchet) y lo pudimos lograr en su último Juego Olímpico, la última gran chance. Como dije en Río, mi vieja me estuvo ayudando desde el cielo hasta el último minuto”, destacó, con la voz entrecortada por la emoción.