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Bernd Stange se tiene mucha fe: en un reportaje concedido a la revista oficial del Comité Organizador de Alemania 2006, consideró que la clasificación de Irak al Mundial es posible:
–Usted retornó a su puesto de entrenador de la selección de Irak a mediados de año. ¿Cuáles son las condiciones de trabajo en ese país devastado por la guerra?
–Sólo salgo de mi hotel en Bagdad una vez al día, para el entrenamiento, que hacemos de seis a ocho de la tarde, el único momento del día en que podemos acceder al campo de entrenamiento. La ciudad está totalmente paralizada, no funciona ningún semáforo y nadie dirige el tránsito. Entrenamos en el campo de un club local, tenemos un terreno de juego bastante malo, con arena y pasto muy alto. No hay vestuarios, no tenemos masajista y al principio no teníamos ni siquiera pelotas. Tengo a un jugador que entrena con una camiseta del Real Madrid, otro que entrena con una chomba con cuellito y su compañero lleva una camiseta de manga corta. Se ponen lo que encuentran en su casa.
–¿Por qué quiere trabajar como entrenador de un país en el que apenas se puede encontrar una cancha de fútbol para jugar?
–Me gustaría poner fin a mi carrera participando en un mundial. Ese fue siempre mi sueño y tenemos posibilidades de conseguirlo.
–¿Por qué confía tanto en clasificarse?
–Tengo un plantel de 21 jugadores y disponemos de mucho tiempo. En términos generales, los jugadores tienen una gran técnica y son futbolistas de calle, así que están acostumbrados a trabajar con la pelota en toda clase de condiciones adversas.
–¿Cómo puede mejorar su equipo?
–Como es lógico, el mayor déficit se encuentra en la forma física. Los jugadores tienen problemas nutricionales, estuvieron seis meses sin jugar un solo partido, sin entrenarse siquiera, algunos fueron convocados para la guerra. Volvieron a empezar.