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Por G. V.

En mayo de 1984, la revista Humor publicó un extenso artículo del periodista Carlos Ares sobre la personalidad de Lacoste, fallecido el pasado jueves. Bajo el título “Memorias del Capitán Piluso”, el colega reprodujo en un tramo de su nota el modo en que Benedetto Mosca, director de la editorial Abril, donde él trabajaba, se había referido al marino tras visitarlo en dependencias de la Armada.
“Miren, yo en Italia entrevisté a capos de la mafia, pero nunca me pasó nada igual. Me recibieron infantes de marina armados hasta los dientes que no dejaron de apuntarme ni un segundo. Caminé por un pasillo oscuro y cuando entré a su despacho, Lacoste me esperaba sentado detrás del escritorio vestido de uniforme. No me dejó ni hablar. Tenía sobre la mesa las carpetas con recortes y los informes sobre varios periodistas. En voz alta me advirtió que no iba a soportar ninguna insinuación más de la revista Goles sobre lo que había pasado con el Mundial. Dijo que si él se había quedado con 500.000 dólares, no le rendiría cuentas a nadie y menos a una editorial con parte de capital extranjero. Quiere que los eche y que si no lo hago, después no me queje si nos ponen una bomba.”
La revista Goles cerró al año siguiente. Corría octubre de 1982.