Muy temprano, todavía por la segunda ronda, volvían a encontrarse Lleyton Hewitt, local y tercer favorito, y Juan Ignacio Chela, después de que en la edición 2005 del certamen fueron protagonistas de un incidente que aún está fresco en la memoria del tenis, cuando Chela se hartó de la manera en que el australiano festejaba los puntos ganados, escupió en dirección de Hewitt al finalizar un juego, por lo cual fue multado en 1000 dólares. El encuentro comenzaba a las 5.30.

Al ser consultado sobre si había hecho “las paces” con Chela, Hewitt dijo: “No lo consideraría un amigo” y agregó: “En las últimas dos semanas Chela perdió un par de veces en primera ronda y no parece tener el suficiente número de partidos necesarios para llegar en la mejor forma. Para mí es un encuentro más. Lo enfrenté varias veces y lo que tengo que hacer, más que nada, es dictar el trámite de la contienda. Sé, por supuesto, con lo que va a venir”, concluyó Hewitt.

Chela esperaba el partido ante Hewitt con tranquilidad. “Sé lo que sucedió el año pasado –dijo–. Desde ese punto de vista puede ser un encuentro especial. Pero cada partido es diferente. Tengo que jugar contra él y voy a tratar de llegar a la cancha concentrado en lo que tengo que hacer.” Al solicitársele su impresión de Hewitt, Chela dijo: “Lo respeto y lo considero un muy buen jugador, tanto como a Federer, Nalbandian y Roddick. Lo pasado es pasado y para mí no tendrá ninguna influencia. Este es otro partido”.

La rivalidad del ex número uno mundial con jugadores argentinos, que no es sólo tenística sino que también pasó a ser dialéctica en varias oportunidades, tiene más de un capítulo. La última ocurrió antes del partido de cuartos de final de la Copa Davis 2005, con duros cruces verbales. Sin embargo, allí Hewitt se quedó con la espina clavada, tras el sorpresivo triunfo albiceleste en el césped de Sydney, en una serie en que brilló David Nalbandian.

Anoche, por la cuarta jornada del Abierto, Guillermo Coria derrotó al italiano Fedico Luzzi por 7-6 (12-10), 6-4 y 6-3; Gisela Dulko fue eliminada por la japonesa Aoki Nakamura por 6-1 y 6-1; y, a la madrugada, jugaba Juan Mónaco ante Sebastien Grosjean.