El mediocampista de Boca Juan Román Riquelme se despidió ayer de sus ex compañeros del Villarreal, pero no así de los dirigentes del club ni del entrenador del equipo, el chileno Manuel Pellegrini, con quienes arrastra serias diferencias desde hace tiempo.

El viaje a Japón tuvo un cambio de rumbo para uno de los pasajeros del vuelo que llevaba al plantel de Boca. Es el caso de Riquelme, que aprovechó que no podrá ser parte del equipo (no estaba inscripto para la competición) en el Mundial de Clubes y pasó por España para despedirse formalmente de sus ex compañeros del Villarreal, algo que no había podido hacer antes de su repentino viaje a Buenos Aires para cerrar su regreso a Boca la semana pasada.

Es por eso que ayer volvió a la Ciudad Deportiva del Villarreal, esa que lo había visto trotar sólo alrededor de la cancha, y esperó dentro del vestuario que sus ex compañeros terminaran con su entrenamiento para saludarlos uno por uno, algo que sorprendió a varios de los futbolistas. Con quienes no cruzó palabras fue con el técnico, el chileno Manuel Pellegrini, ni con el presidente, Fernando Roig, y el consejero José Manuel Llaneza. Tras este cambio de rumbo, el jugador permanecerá unos días más en España y luego viajará a Japón para estar con sus nuevos compañeros antes del debut en el Mundial de Clubes.