Los empresarios del agro comenzaron en la madrugada un nuevo lockout que se extenderá hasta la medianoche del miércoles. No se comercializarán granos ni carne. Desde las entidades volvieron a insistir ayer en que no están previstos cortes de rutas. Sin embargo, en la localidad cordobesa de Jesús María adelantaron que “controlarán” los vehículos que circulen por la Ruta 9 para evitar el paso de mercaderías. En otras localidades, los productores decidirán en asamblea durante la mañana de hoy si recurren a los bloqueos o se limitan a participar de las movilizaciones convocadas para los próximos días.

Durante el lockout realizado entre marzo y junio, los cortes de ruta fueron el principal elemento de presión, pero la dirigencia rural afirma ahora que no quiere recurrir a los piquetes. “No habrá problemas; el productor quiere exteriorizar su bronca y lo hará a través de la no comercialización. No habrá que parar ningún camión”, remarcó ayer el vicepresidente de Confederaciones Rurales, Néstor Roulet. El titular de Sociedad Rural, Hugo Luis Biolcati, también descartó esa posibilidad. “No hay ánimo para un corte total de rutas”, sostuvo.

Los empresarios afirman que su intención es impulsar un “paro simbólico y pacífico” para llamar la atención del Gobierno, que sigue sin aceptar su pliego de condiciones. Al tope del listado figura el pedido de una nueva baja de las retenciones, aumentos en los precios de leche, carne y trigo y eliminación de los controles que ejerce el Estado a través de la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario.

En Córdoba, en cambio, ya anunciaron que no se limitarán a lo “simbólico” y realizarán “controles” sobre la Ruta 9, a la altura de Sinsacate, uno de los lugares donde hubo piquetes durante el reclamo anterior. El interrogante pasa por saber cuántas más localidades apelarán a los “controles”. Hoy por la mañana las distintas asambleas que se realicen en los pueblos comenzarán a definirlo.

En Gualeguaychú está previsto un encuentro sobre la ruta 14 a las 10 de la mañana con la presencia del dirigente de Federación Agraria, Alfredo De Angeli. Mientras que el presidente de la entidad, Eduardo Buzzi, participará en un acto frente al puerto de la planta Louis Dreyfus, en General Lagos. Este empresario dejó entrever el miércoles que los cortes pueden volver si surge alguna “provocación” del Gobierno, en lo que constituyó una amenaza velada de piquete ante la menor descalificación de la protesta.

“Si no se revierte la situación actual volvemos a los ’90, hay miles de puestos de trabajo en peligro”, aseguró también Buzzi, que se caracteriza por hacer afirmaciones tremendistas que no son acompañadas por los balances contables de las explotaciones agropecuarias que representa, para poder corroborar si esos quebrantos son ciertos. Hace dos meses, llegó a decir incluso que en el país se estaba “cerrando un tambo cada 12 horas”, cuando los precios que están recibiendo los productores lecheros son un 60 por ciento más altos en dólares que el monto promedio que cobraban en el mejor momento de la década del ’90, con la economía dolarizada.

Buzzi afirmó también ayer que no se aplica ninguna política de segmentación de retenciones y que no hay una ley de arrendamientos que diferencie escalas de producción. La respuesta oficial estuvo a cargo del titular de la Comisión de Agricultura y Ganadería de la Cámara de Diputados, Alberto Cantero. “El 10 de septiembre les envié 19 proyectos de ley sobre los que estábamos trabajando para que los analicen, pero no recibimos ninguna respuesta. Me da la impresión de que no les interesa ni opinar ni dialogar”, aseguró. Entre esos proyectos estaban los referidos a políticas estructurales para desarrollo del sector agropecuario, emergencia agropecuaria, desarrollo del sistema agroalimentario cárnico, el de cuota Hilton y el de desarrollo rural familiar.

“El pueblo argentino quiere que se trabaje dialogando, y rechaza la política de desabastecimiento”, agregó luego el legislador cordobés. En el mismo sentido se expresó el titular del bloque oficialista, Agustín Rossi, al señalar que “el argentino común no quiere volver a lo mismo”, en referencia al conflicto motivado por las aplicaciones de las retenciones móviles.

Los dirigentes ya adelantaron que sólo están dispuestos a dialogar con el Gobierno si antes hay algún anuncio concreto. “No queremos ir a tomar café y darnos besos en la mejilla”, expresó Biolcati el martes.