Domingo, 15 de febrero de 2009 | Hoy
ECONOMíA › OMAR VIVIANI (CGT) Y JUAN CARLOS LASCURAIN (UIA) ADELANTAN SUS POSICIONES PARA EL CONSEJO ECONóMICO SOCIAL
Página/12 reunió al titular de la Unión Industrial Argentina y al secretario adjunto de la CGT para que debatan sobre la creación del Consejo Económico Social propuesto por el Gobierno. Tipo de cambio, empleo, nivel de actividad y salarios. La experiencia española.
Por Roberto Navarro
La Presidenta propuso la creación de un Consejo Económico Social, integrado por trabajadores, empresarios y el Gobierno. En su reciente viaje a España Cristina Fernández de Kirchner cerró los puntos principales de la propuesta con el titular de la CGT, Hugo Moyano, y el vicepresidente de la UIA, Ignacio de Mendiguren. La intención es recrear un ámbito similar al que funciona en España, que sirva para avanzar en consensos sobre la forma de sostener el crecimiento económico, la producción y el empleo. Página/12 reunió al presidente de la Unión Industrial, Juan Carlos Lascurain, y al secretario adjunto de la CGT, Omar Viviani, para conversar sobre las propuestas que tienen empresarios y trabajadores para avanzar en esa iniciativa. Ambos sostuvieron que “el Consejo debe crearse, aun si el sector agropecuario se autoexcluye”. Lascurain aseguró que “uno de los primeros temas a tratar debe ser el tipo de cambio”. También señaló que se debe trabajar en un seguro de desempleo. Viviani sostuvo que hay que cuidar el empleo, pero que los empresarios no deben usar ese tema como un chantaje para no subir los salarios. Ambos concuerdan con que el Consejo puede ser un elemento esencial para enfrentar los coletazos de la actual crisis económica internacional.
–¿Cuáles deberían ser las características del Consejo Económico Social para que sirva como un instrumento al servicio de la producción y el empleo?
Omar Viviani: –Deberíamos tomar como modelo el Consejo Económico Social español, que es una entidad tripartita, que integran empresarios, trabajadores y dos veedores técnicos de parte del gobierno nacional. Nosotros creemos que tiene que ser una entidad netamente técnica, no política, y que deben integrarla todos los sectores de la producción y del trabajo.
Juan Carlos Lascurain: –Lo fundamental es resaltar que siempre en la Argentina se habló de un Consejo Económico Social confundiéndolo con un acuerdo o pacto social. No estamos hablando de eso. El Consejo debe dictaminar sobre determinadas cuestiones, algunas de ellas pueden ser elevadas por el propio gobierno para analizarlas y otras que surjan del mismo órgano. Y los temas tienen que tener que ver con la vida económica del país, la de los trabajadores y el mundo de la producción.
–¿Si hoy fuera la primera reunión del Consejo, qué propondrían?
O. V.: –Una necesidad que creo que es imperiosa es cómo se mantiene la productividad, el consumo y el empleo. Y reitero, merece una discusión técnica, no política. Porque si nosotros incluimos la discusión política se va a empezar a discutir cuál es el valor del dólar.
J. C. L.: –Coincido con Viviani en cuanto a que hay que discutir sobre producción y empleo. Ahora, esos principios están relacionados con el tipo de cambio: hay que hablar del dólar. Como también hay que discutir el nivel de la tasa de interés para financiar inversiones. La Argentina sigue con un déficit de financiamiento a pesar de los esfuerzos del Gobierno en ese sentido. Lo que estamos hablando es que todo tiene que apuntar a evaluar las condiciones para la producción y para el mantenimiento de la actividad. Si Brasil, Chile y México devaluaron el 40 por ciento por encima de no-sotros, en el marco internacional, nos lleva también a nosotros a repensar de qué manera vamos a reaccionar para mantener el empleo y la actividad. Es necesario hablar de una serie de cuestiones macroeconómicas.
–Es decir que lo primero que va a plantear la UIA es tener un tipo de cambio real más alto.
J. C. L.: –Es un tema prioritario sin duda. Las empresas están perdiendo competitividad con casi todo el mundo.
–Hay sindicalistas que piensan que los empresarios los quieren chantajear diciendo que para mantener el empleo no se pueden subir los sueldos.
O. V.: –Lo dije yo. Porque también digo, y esto sin faltarle el respeto a nadie, que hay varios tipos de empresarios en la Argentina. Todavía hay empresarios que se quedaron en los noventa y hay empresarios que están acompañando este proceso de crecimiento que tiene la Argentina y que tienen la preocupación de seguir generando algunas instancias para que ese proceso productivo siga funcionando. No nos olvidemos de que muchos empresarios, que yo los llamo pecho frío, también cerraban la fábrica y se hacían importadores porque ganaban más plata importando que generando trabajo en la Argentina y produciendo acá. No son todos. Pero hay algunos que son así y que ahora quieren aprovechar la crisis para no actualizar salarios.
J. C. L.: –Lo mejor es que uno exprese lo que está sintiendo; que no se lo guarde. También para eso va a servir el Consejo Económico Social. Yo también planteé el tema de que la principal preocupación debía ser el mantenimiento del empleo y el nivel de actividad, pero en ningún momento tuve la intención de que se tome como un chantaje. Ocurre que no todos los sectores son iguales: algunos son mano de obra intensiva y están compitiendo con países como China.
–La UIA siempre se queja del nivel de la tasa de interés. ¿Los bancos van a bajar la tasa porque se discuta en el ámbito del Consejo?
J. C. L.: –El Gobierno tendrá que establecer algunas pautas para poder financiar a una tasa de interés más baja. El sector financiero tiene que decir qué necesita para bajar las tasas. Porque evidentemente la tasa de interés es una pata importante para lograr una mayor competitividad. La verdad es que las inversiones que se produjeron en la Argentina en los últimos años salieron de las utilidades que se fueron generando. Y a medida que se fue acortando el nivel de utilidades, la inversión se fue cayendo.
–¿Avanzarían igual con la idea de integrarlo si las entidades gremiales del campo no aceptaran participar?
J. C. L.: –Una cosa es la exclusión y otra es la autoexclusión. En este último caso me imagino que tendrán razones ante una convocatoria de esta naturaleza. Pero el Consejo debe crearse igual. Sobre eso hay consenso en la UIA. De todas maneras me parecería increíble que el sector agropecuario rechace la convocatoria a formar parte del Consejo Económico Social en un marco de crisis como el que estamos viviendo.
O. V.: –Acá hay que convocar a todos los sectores. Participará el que quiere, el que no quiere no lo hará. Pero si falta alguno no se va a parar. Por eso reitero que tiene que ser una mesa técnica y no política, para no traer los problemas de la coyuntura política a esa mesa de discusión técnica. Y creo que debería salir por ley, con un estatuto y todos los elementos que le den legitimidad para que sea un ente que trascienda a un Gobierno. En caso contrario sería un rejunte como hemos hecho muchas veces, y no daría resultado.
–¿No le está restando importancia al insistir en que debe ser un órgano técnico y no político?
O. V.: –No, al contrario, noso-tros estamos hablando de un Consejo Económico Social que no tiene una fecha de finalización. Estamos hablando de una organización que se va a institucionalizar y que es de acá para adelante. Por eso no debe tener un basamento político. Creo que esto realza la conformación del Consejo, lo hace más importante.
–¿Y sobre qué aspectos específicos debería trabajar?
O. V.: –Los aspectos son diversos: el primero es analizar en forma permanente todas las leyes que se propongan en el Congreso, que tengan que ver con los trabajadores, con la producción y con la seguridad social. No es una gran paritaria. Estas están funcionando por ley y las discuten empresarios y trabajadores. Lo que sí se tiene que ir analizando son los desarrollos de las distintas actividades productivas del país y las nuevas actividades que se van a ir desarrollando a partir del nuevo orden económico mundial que se va a producir a partir de esta profunda crisis.
–¿Por qué es necesario crearlo en este momento?
J. C. L.: –Porque será un ambiente de diálogo en donde no- sotros vamos a poder intercambiar libremente todas nuestras opiniones. No es una mesa que tiene como objetivo la composición del salario ni el control de los precios. Me parece que es un organismo en donde todos los sectores están poniendo a sus hombres para pensar en el corto, mediano y largo plazo. Es una agenda muy amplia la que tendrá. Y eso es lo más interesante. Podremos dar nuestra opinión, incluso, ante la consulta del Poder Ejecutivo sobre alguna legislación que quiera enviar al Congreso.
–¿Tiene una relevancia distinta por el hecho de que se constituya en el contexto de esta crisis?
O. V.: –Sí, la crisis internacional obliga al consenso. Igual, si tomamos como referencia el Consejo Económico Social español, éste nace de un pacto político que fue el de la Moncloa y luego aparece el Consejo Económico Social que estuvo casi ocho años para empezar a trabajar. Hoy ya hace 20 años que está funcionando. Entonces, es importante no crear la idea de que este tipo de organismos van a traer la solución a los problemas del país en 30 días.
–Un importante empresario dijo que hubiera sido mejor crear el Consejo cuando las cosas andaban bien. ¿Qué opinan?
J. C. L.: –Todo es más fácil cuando el país está creciendo. En 2004 ya la CGT había ido a España y había estado con el Consejo Económico Social y hubo un acercamiento que después no se pudo llevar adelante y la CGT siguió trabajando por su lado y no-sotros también. El año pasado el presidente del Consejo Económico Social español estuvo acá en la Argentina con la CGT y el ministro de Trabajo en la UIA y también se quiso avanzar en el tema y no se pudo. El primer paso tenía que darlo el Gobierno. Ahora lo hizo. Supongo que pensará que es el momento adecuado.
–El pacto que está funcionando en España tiene una cláusula de recomposición salarial que parte de la inflación y le agrega un punto porcentual de aumento de sueldos por año, ¿se podría adaptar ese criterio para la Argentina?
J. C. L.: –Son muchos temas que podemos incluir en el Consejo Económico Social. Y hay varios que podemos abordar antes de hablar del salario, que es un tema que lo puede hablar cada uno de los gremios y empresarios dentro de su convención colectiva de trabajo. También vamos a hablar del mantenimiento del empleo, del tipo de cambio, de precios. Y también podemos hablar del nivel de financiación.
O. V.: –Tenemos que tener en cuenta que el Consejo Económico Social español está funcionando hace 20 años y ha logrado la madurez necesaria para manejar el tema salarial. Durante muchos años tuvieron una estabilidad económica importante y pudieron hacer una proyección. Hoy no sé si es tan válida para las organizaciones de trabajadores o empresarias una pauta anual como la española. Creo que sería prematuro hablar dentro de este Consejo de una pauta salarial en el orden que lo hicieron los españoles.
–¿Se podría trabajar en un seguro de desempleo como el que se creó a partir de la iniciativa del Consejo español?
J. C. L.: –Ese es un tema fundamental. Hay que crear un fondo a partir del aporte de trabajadores y empresarios para financiar un buen seguro de desempleo. La primera reacción cuando se pide un aporte de esa característica es negativa. Por eso creo que el Consejo es muy interesante para dialogar estos temas. ¿Qué implica el hecho de tener un buen seguro de desempleo? ¿Cómo se financia? ¿Cuál es el nivel de haberes que se puede pagar? Seguramente llevará una larga discusión para llegar a un convencimiento de los actores. Pero hay que hacerlo y el Consejo sería el ámbito adecuado.
O. V.: –Por eso la discusión tiene que ser técnica y no política. Porque cuando se empiezan a agregar condimentos políticos a una entidad de ese estilo se empieza a desvirtuar la idea o, por lo menos, el planteo de una visión estratégica para mantener el consumo, el crecimiento y el empleo. Con un buen seguro de desempleo se trabaja para que, si alguien queda desocupado, siga consumiendo.
–¿Qué esperan del Estado en el Consejo?
O. V.: –La decisión política de colaborar en su fundación está tomada. La Presidenta nos lo ha dicho en estos días. El Estado va a ser una parte más en este Consejo, que aportará sus técnicos, como los va a aportar el movimiento obrero y como lo hará el sector empresario.
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