Fue una jornada cargada de noticias, todas ellas malas. A la presentación del plan de Obama para aliviar la situación de los deudores hipotecarios (ver aparte) le sucedieron informes industriales –con estruendosas caídas–, alertas de despidos masivos, estafas nuevas y más perjudicados por las ya conocidas. El cóctel se trasladó hacia todas las Bolsas del mundo, que operaron con fuertes altibajos, tras los cuales cerraron en su mayoría sobre terreno negativo. En Nueva York, el salvataje permitió un retroceso menos marcado en sus principales indicadores, mientras que las plazas europeas no pudieron escapar al malestar que genera la crisis de su sistema financiero y volvieron a desplomarse. Las autoridades de la Comisión Europea admitieron su preocupación ante la creciente debilidad de las monedas de los países que integran Europa del Este.

A pesar de la sorpresa y la buena recepción que logró en un principio el plan de Obama, la calma duró poco. Los datos que surgían del sector financiero y real de las principales economías del mundo ensombrecían cualquier buena intención. Todo el planeta mostraba signos de su exposición a la crisis:

- Las acciones del banco y aseguradora holandés ING se desplomaron ayer tras la publicación de sus cifras del cuarto trimestre de 2008. La compañía anunció pérdidas por 3700 millones de euros, en comparación con los 2400 millones en ganancias de igual período en 2007.

- La comisión que regula la Bolsa en Estados Unidos (SEC) reconoció que desconoce el paradero del multimillonario texano Robert Allen Stanford, acusado de operar un entramado de inversión fraudulento valorado en 8000 millones de dólares.

- Banif, ala de inversión del grupo Santander, planea ofrecer a una parte de los afectados por la quiebra de Lehman Brothers el canje de sus inversiones por participaciones preferentes del banco. La misma solución se propuso a los inversores en papeles Madoff.

- El gobierno de Hungría informó acerca de la necesidad de cerrar cuanto antes un paquete de rescate de 100.000 millones de euros para las economías del Este y la Unión Europea. En recesión, la moneda húngara, el forinto, se desplomó un 25 por ciento en medio año.

- La gran exposición crediticia de los bancos austríacos podría debilitar toda la economía del país. Los bancos poseen en la región unos 230.000 millones de euros en créditos, o sea, el equivalente al 70 por ciento del Producto Interno Bruto nacional.

- Más de 140 millones de personas pueden caer en la pobreza y cerca de 23 millones pueden perder sus empleos en Asia este año debido a la crisis financiera mundial, estimó la Organización Internacional del Trabajo en un estudio difundido ayer.

- El fabricante de neumáticos Goodyear anunció que eliminará 5000 puestos de trabajo, tras perder 77 millones de dólares el año pasado. Los 19.500 millones de dólares que representaron las ventas durante el ejercicio 2008 significaron una caída del 1 por ciento contra igual lapso de 2007.

- El mayor banco regional público alemán registró el año pasado pérdidas por 2100 millones de euros debido a los efectos de la crisis. La entidad con sede en Stuttgart enfrenta un aumento de sus reservas de riesgos a 500 millones de euros, en lugar de los 186 millones de 2007.

- La producción japonesa de acero crudo cayó en enero un 37,8 por ciento con respecto al mismo mes de 2008, lo que supone el mayor descenso desde que la Federación Japonesa del Hierro y el Acero comenzó a registrar ese dato en 1949.

- El fabricante japonés de automóviles Honda anticipó que está negociando con varios potenciales compradores de su escudería de Fórmula 1. Entre los interesados figura el millonario británico Richard Branson, propietario de Virgin.

En medio de semejante bombardeo, Wall Street finalizó sin dirección. El Dow Jones apenas ganó un 0,04 por ciento, mientras que el índice tecnológico Nasdaq retrocedió 0,14 por ciento. En Europa, Londres perdió 0,7 por ciento, Frankfurt, 0,3 por ciento, y París, 0,05 por ciento. En cambio, la Bolsa de Madrid, tras el derrape de la rueda anterior ante la decisión del Santander de suspender los reembolsos para uno de sus fondos, logró una leve recuperación de 0,2 por ciento.

Entre los commodities, el petróleo reflejó las previsiones de un menor consumo global y cayó 31 centavos, hasta los 34,62 dólares el barril de crudo ligero WTI, mientras se aguarda por los informes sobre las reservas semanales de crudo en los Estados Unidos. Por último, los precios del trigo y del maíz siguieron retrocediendo el miércoles, influidos por la debilidad de los demás mercados, pero las cotizaciones de la soja sufrieron una presión adicional a la baja con la llegada de las lluvias a la Argentina.