Empresarios argentinos y brasileños comenzaron ayer a negociar acuerdos sectoriales para adecuar el comercio bilateral al nuevo contexto de crisis. El objetivo es tratar de acordar cupos voluntarios de importación para descomprimir la tensión que se generó a fines del año pasado cuando el gobierno de Cristina Kirchner empezó a restringir los envíos del país vecino ampliando el número de licencias no automáticas. Los primeros en sentarse a conversar ayer en la Secretaría de Industria fueron los fabricantes de baterías, frenos, embragues, muebles, vinos y telas de jean. Sin embargo, todavía no hubo avances concretos. Los industriales locales hicieron su propuesta y la contraparte brasileña responderá en el próximo encuentro, previsto para el 7 de abril, en San Pablo.

El secretario de Industria, Fernando Fraguío, y su par brasileño, Iván Ramalho, ofrecieron una conferencia de prensa por la tarde donde destacaron los avances que se registraron en los encuentros sectoriales, pero se negaron a dar detalles. “Hemos escuchado conversaciones entre privados, pero no nos fueron manifestadas de manera oficial. Por lo tanto, nos parece imprudente revelar esa información porque podría condicionar la negociación”, afirmó Fraguío. No obstante, trascendieron algunos detalles.

En lo que refiere específicamente a las baterias, los empresarios nacionales nucleados en AFAC le pidieron a Sindicpecas, su contraparte brasileña, que este año reduzcan los envíos un 40 por ciento y sólo exporten a Argentina 600 mil unidades. El razonamiento que los llevó a formular ese pedido es el siguiente: Durante el primer trimestre de 2008 se importó el 24 por ciento de las baterias que ingresaron durante todo ese año. El primer trimestre de este año ingresaron 170 mil baterias. Tomando en cuenta ese dato, en AFAC dicen que la proyección anual indica que en 2009 no deberían ingresar más de 600 mil. El problema es que esas 170 mil baterias evidencian una caída del 47 por ciento respecto del mismo trimestre del año anterior y los brasileños no quieren convalidar una baja proporcional para el resto del año. Por lo tanto, rechazan el cupo de 600 mil. Ahora se espera que hagan una contraoferta para seguir negociando en San Pablo dentro de diez días.

En el resto de los sectores la negociación fue similar. Por ejemplo, los fabricantes de frenos y embragues pidieron que las importaciones para reposición se reduzcan este año un 30 por ciento. La contraparte brasileña escuchó el pedido y quedó en responder.

Esta negociación surgió luego de que Argentina ampliara el número de productos que requieren licencias de importación no automáticas. Brasil protestó airadamente y se buscó la alternativa de negociar cupos voluntarios en el marco de la comisión bilateral. En las últimas semanas, los brasileños habían dejado entrever que podrían llegar a recurrir a la OMC, pero ayer Welber Barral, el secretario de Comercio Exterior, lo descartó, al menos por ahora. “Brasil reclama en la OMC porque cree en las reglas comerciales del libre comercio, pero lo hace sobre todo cuando tiene diferencias con Estados Unidos y Europa. Con Argentina, en cambio, creemos que las diferencias se pueden dirimir en la comisión bilateral y no hay amenaza de presentarnos en los foros internacionales”, afirmó.