Jueves, 26 de marzo de 2009 | Hoy
EL PAíS › GUALEGUAYCHú, SIN FUERZAS PARA SOSTENER LA PROTESTA
Una asamblea de ruralistas postergó anoche una votación para decidir cortar la ruta internacional ante la evidente ausencia de militantes. La excusa fue que esperarían hasta hoy el regreso de De Angeli.
Por Alejandra Dandan
Desde el km 53 de la ruta 14
El corte de ruta se ha vuelto una bomba de tiempo. Los chacareros hacen los cortes con un esquema de guardias que les permite disimular lo que ya muchos admiten como una impresionante caída de fuerzas. Desde las diez de la noche del martes, hasta las diez de anoche, el corte estuvo en manos de unos veinte ruralistas de Concepción del Uruguay. Con turnos rotativos de ocho horas, los más radicales cubrieron horarios completos de 24 horas para sostener el quinto día de paro y control de carga sobre la ruta. Anoche, la asamblea de chacareros se disponía a votar un paro completo para el transporte de carga internacional con el que poder ejercer presión en Buenos Aires, donde esperan el debate de la ley contra las retenciones. Pero al final del día, la medida dio marcha atrás: la caída de soldados les impidió saber si podrían sostener un corte de esas proporciones. La tradicional asamblea de las ocho se suspendió, y en voz alta la única explicación que dieron los dirigentes es que la votación entraba en cuarto intermedio hasta hoy al mediodía. “La idea es esperar que llegue Alfredo De Angeli, que está en Buenos Aires, y que él lo decida”, admitió un dirigente de la sociedad rural de Concepción a Página/12.
El paro del campo empezó el último viernes. Y aún queda un día más. El año pasado, cada uno de estos retenes agrarios solía generar un atolladero de tránsito, de varias horas de espera, tras el cual se disparaba la bronca de los transportistas que, montados en cólera, atravesaban sus bestiales acoplados en medio de las rutas y potenciaban el caos.
Eso aquí sucedió sólo dos veces. El sábado, durante unas horas. Y el lunes, cuando unas veinte arroceros intentaron pasar esta suerte de frontera de ruralistas, apostados como una aduana paralela. Luego todo quedó en calma. Los productores decidieron no volver a cerrar completamente la ruta. E impedir sólo el paso de cerealeras y de ganado en pie con destino a Buenos Aires. No por buenos, sino por desabastecimiento de fuerzas.
Como el año pasado, Gualeguaychú organizó el corte en el kilómetro 53 de la estratégica ruta 14 del Mercosur, con guardias rotativas cubiertas por los pueblos y colonias de alrededor. Un cartel de señalización ubicado a la vera de la ruta muestra la imagen de ese esquema a través de un papel escrito a mano, en el que los chacareros anotaron los días de turnos y el nombre de cada pueblo: Rosario del Tala, Larroque, Urdinarrain, Concepción del Uruguay y Gualeguaychú. Pero lo que el año pasado les servía para equilibrar eficazmente el peso de las fuerzas siempre presentes y abundantes, ahora sirve –según admiten algunos– para darle forma a la poca presencia de chacareros en la ruta.
El desgaste del año de paro, la lejanía de la gente, la sequía y los costos de un paro en el que invirtieron miles de pesos terminó fisurando, además, la dinámica del abroquelado bloque rural.
–Perdón, ¿esto qué es?
–Arroz con cáscara.
–¿Y lo dejan pasar?
–Sí, me dejan pasar.
–¿Por qué? A los otros arroces no los dejan pasar.
–No va para alimento.
–¿Y para dónde va?
–Para alimentar a los pollos.
Diez días antes del viernes 20 de marzo, cuando la Mesa de Enlace confirmó el paro de una semana, la Sociedad Rural de Concepción del Uruguay mandó una carta a Federaciones Rurales de Entre Ríos (Farer), su organización madre, asociada a la Confederaciones Rurales argentinas (CRA) para pedir el paro. Lo mismo hicieron otros chacareros de la provincia. Farer no respondió. Tampoco lo hicieron CRA ni la Federación Agraria: toda la Mesa de Enlace cerraba acuerdos con diputados para lograr el quórum en Diputados y tratar el proyecto de quita de retenciones. No respondió, pero ejercía presión en el Congreso y en la mesa de negociación con el Gobierno manteniendo a los chacareros en las rutas, con cortes intermitentes, pero sin terminar de darles una definición. Eso es lo que los productores locales facturan a los dirigentes en este momento.
“Acá veníamos pidiendo el paro completo desde la segunda reunión de la Mesa de Enlace con el Gobierno”, admite un jefe político de la Rural de Concepción. “Eso terminó de desgastarnos, después del viernes bajaron con la decisión del paro y nosotros tuvimos que salir a la ruta para sostenerlo sin fuerzas: la gente me está llamando a mí para pedirme que salga a pagarle las cuentas.”
Para ellos, el corte ahora puede ser una bomba de tiempo. Raleados y sin gente, la idea de profundizar el corte, con bloqueos completos a los camiones de carga que atraviesan las frondosas rutas del Mercosur, se les puede volver en contra. “Si esta noche vienen sesenta personas a sostener la guardia, tampoco alcanza, porque se van ésas y quién viene después: ¡esto es una bomba!”. El abogado Luis Rodríguez logró ayer que varios medios reflejaran como noticia del día un fallo judicial que ordena a la Gendarmería custodiar a los ruralistas en el piquete. Hasta anoche, los chacareros seguían quejándose por la falta de esos efectivos.
Durante la tarde, mientras se mantuvieron los puestos de guardia y el check in y check out de camiones, empezaron a multiplicarse comidillas de encuentros con discusiones sobre qué es lo que debían hacer. Como viene sucediendo en estos días, la línea dura expresada por Juan Ferrari, el segundo de la Federación Agraria de Gualeguaychú, buscó consenso para volver a las rutas. Los moderados, representados por la sociedades rurales de todos los pueblos, medían fuerzas para mantener los cortes como hasta ahora y profundizar el camino del (supuesto) diálogo.
Alfredo De Angeli no estuvo. Fue a Buenos Aires. Apareció en el Congreso para presionar a la Comisión de Agricultura y lograr que tome el proyecto de quita de retenciones. En el corte, las idas y vueltas en el Congreso se siguieron por televisión. De Angeli ganó así un poco de tiempo. No quiere aparecer entre los duros, pero su ausencia dejó la conducción en manos de Ferrari. En esas horas, cobró forma la idea de “dilatar” todo hasta la mañana de hoy.
A las ocho de la noche, después de un largo tiempo de espera, con las cámaras apostadas en medio de la ruta como en una cumbre de presidentes, una reunión pequeña decidió postergar la asamblea. Como pocas veces. Alrededor del pequeño trailer que hace de escenario no había más de setenta agroempresarios. No más. Muy pocos. Pero no lo admitieron: “Queremos darnos un cuarto intermedio hasta mañana al mediodía, cuando se vea qué pasa en el Congreso, si los diputados dan el quórum en la Cámara lo tomaremos como una señal, si no analizaremos la moción del corte de ruta que todavía sigue en pie”, precisó Juan Ruiz Orrico, presidente de la Rural de Concepción del Uruguay.
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