ECONOMíA › EL FONDO MONETARIO MODERA EL DISCURSO MIENTRAS SE ACERCA EL DIA D
“Nunca propusimos que suban impuestos”
El vocero del FMI negó que el organismo presione por una nueva suba de impuestos, como había denunciado días atrás el propio ministro Lavagna. Se acercan posiciones en el tema fiscal y en tarifas públicas. Evalúan el cuarto borrador.
A medida que se acerca el Día D, los discursos se van moderando. El vocero oficial del Fondo Monetario salió a decir que el organismo no está proponiendo nuevos impuestos. Y afirmó que se sigue trabajando para alcanzar algún acuerdo de corto plazo, que sirva de base para llegar sin sobresaltos hasta la asunción del próximo gobierno. El ministro Roberto Lavagna, en tanto, insistió con que “están dadas las condiciones técnicas para cerrar un acuerdo”, algo en lo que coincidió el presidente del Banco Central, Aldo Pignanelli. Además, el ministro le restó importancia a la fecha del 14 de noviembre, cuando Argentina debería pagar un vencimiento de deuda de 800 millones con el Banco Mundial para no ser declarada en cesación de pagos. “Lo importante es que sepamos tomar esto con tranquilidad, sabiendo que las negociaciones seguirían aun después del 14 de noviembre y que el mundo no se acaba”, aseguró. Ayer, el Fondo Monetario recibió la respuesta de Lavagna al nuevo borrador que el organismo había enviado el lunes. Es la cuarta carta de intención que va y viene.
En Economía ahora son optimistas sobre la posibilidad de llegar a alguna clase a acuerdo antes del Día D. En realidad, están convencidos de que los organismos internacionales no declararán a Argentina en default, pero dudan de que se alcance un acuerdo formal de reprogramación de todos los vencimientos hasta fines de 2003, como quiere Lavagna, antes de la fecha clave.
Sea como fuere, en el equipo económico esperan que Washington responda positivamente la contrapropuesta que realizaron para acercar posiciones con el Fondo. Los principales cambios a lo que se venía negociando hasta ahora son los siguientes:
u El Gobierno aceptaría una meta de superávit fiscal para el año próximo de 2,5 por ciento del PBI. Pero en lugar de lograrse mediante una suba de impuestos, como proponía originalmente el Fondo, se alcanzaría recortando sobre los 3000 millones de pesos de gasto que están en el Presupuesto 2003 sin asignación específica. Esta partida había sido incluida para financiar eventuales subas de costos en los insumos estatales. Además, se mantiene el proyecto de Economía de transformar el impuesto a las transferencias de combustibles en un alícuota variable, lo que mejoraría automáticamente la recaudación porque acompañaría el aumento de precios.
u En las tarifas de servicios públicos la propuesta es un incremento de 10 por ciento promedio para este año, pero con el compromiso de continuar los ajustes escalonadamente durante el próximo.
El Fondo todavía seguiría cuestionando el contexto político –que no haya un preacuerdo de los candidatos alrededor de las negociaciones– y el problema de los amparos presentados por los ahorristas acorralados, aún sin definición por parte de la Corte Suprema. Sin embargo, en Economía dicen que no hay nada que pueda hacerse al respecto y que sería absurdo incluir un compromiso concreto sobre estos temas. A lo sumo, argumentan, el presidente Duhalde ya se comprometió a que el acuerdo sea validado por las mayorías parlamentarias, pero sólo después de firmado.
“No estamos proponiendo nuevos impuestos, no hemos puesto nuevas condiciones”, declaró ayer el vocero del FMI, Thomas Dawson, confirmando que el organismo habría desistido de aumentar la presión impositiva, como pretendía en un principio. El funcionario dijo, además, que todavía restan “temas pendientes” por resolver en la negociación y mencionó “la cuestión de los amparos judiciales”. Pero negó que hubiera nuevas condiciones por el lado fiscal, el punto que más preocupa a los negociadores argentinos.
Dawson relativizó que exista un plazo concreto para el final de las negociaciones: “He dejado claro que es mejor no mirar a un plazo concreto o crear expectativas”, afirmó. En tanto, confirmó que ya habían recibido la respuesta de Lavagna a la carta de intención enviada el lunes a Buenos Aires por el organismo. “La estaremos analizando de forma muy intensa. Estamos en un estrecho contacto con las autoridades argentinas y trabajamos de forma muy dura con ellos”, explicó.
El vocero del Fondo también reconoció que se negocia un acuerdo “más modesto” de lo que son los habituales programas de largo plazo del organismo e insistió con que es preciso que se logre un consenso político alrededor del mismo. “No es ninguna novedad que un gobierno que está por terminar no tiene capacidad para comprometerse con un programa de largo plazo”, señaló.
Por su parte, Duhalde, Lavagna y Pignanelli salieron al unísono a decir que estaban dadas las “condiciones técnicas” para cerrar trato. Pero el titular del Banco Central fue un paso más allá: se mostró totalmente confiado en que habrá acuerdo y pronosticó que “será mucho mejor de lo que los argentinos creemos”. En cambio, Lavagna, por las dudas, prefirió restarle importancia al Día D. Si no se paga ese día y no se firma el acuerdo para entonces, “el mundo no se acaba”, aseguró.