La Presidenta adelantó ayer los números del comercio exterior del primer semestre. La balanza comercial arrojó un resultado positivo de 9861 millones de dólares, lo que marca un fuerte crecimiento respecto de igual período del año pasado. Para el oficialismo es importante difundir el dato sobre la entrada de divisas en este contexto de incertidumbre de los mercados, reflejado en el constante aumento en la demanda de dólares, sumado al vaticinio de la city de una creciente dificultad del Gobierno para afrontar los vencimientos de deuda en 2010. La primera mandataria también destacó la evolución de las exportaciones e importaciones de junio.

La balanza comercial en el primer semestre del año cerró con un superávit de 9861 millones de dólares. El dato representa una entrada neta de divisas que es casi un 85 por ciento superior a la de 2008. En junio, las exportaciones habrían ascendido a cerca de 5100 millones de dólares, mientras que las importaciones habrían llegado a 3600 millones, según se desprende de los datos que anticipó Cristina Fernández de Kirchner. La Presidenta dijo que el mes pasado las ventas al exterior cayeron 5 por ciento y las compras retrocedieron 30 por ciento. El saldo en junio habría sido de 1528 millones, restando el dato semestral que ayer se dio a conocer frente al acumulado de enero a mayo.

El superávit mensual representa una mejora –en términos de saldo– de un 591 por ciento respecto de junio pasado, cuando el superávit fue sólo de 211 millones de dólares. Las causas son diversas, pero la principal parecería ser la caída en las importaciones que, como mínimo, tal como dijo CFK, alcanza al 30 por ciento. A su vez, las exportaciones lograron atemperar la caída de manera significativa por el avance del precio de los commodities. Cristina resaltó el resultado positivo en materia de divisas: “Esto no se hizo por casualidad, hubo una fuerte intervención del Estado en materia de políticas para lograr defender el trabajo argentino y las empresas argentinas, sin infringir por supuesto las normas internacionales, sean las del Mercosur o las de la Organización Mundial del Comercio”.

La fuerte caída en las importaciones se explica fundamentalmente por el deterioro en el nivel de actividad que, según datos del Indec, si bien todavía no marcan una recesión, sí muestran una fuerte desaceleración en el ritmo de crecimiento. A la vez, un factor de desincentivo a las importaciones podría ser el incremento en el tipo de cambio, que desde principios de año, aunque sin fuertes saltos, no para de escalar. El freno de las importaciones también se explica por la política oficial de licencias automáticas y no automáticas y otros controles comerciales, aunque tendrían un efecto reducido en el agregado, siendo más relevantes para el desarrollo sectorial.

Por el lado de las exportaciones, en el caso agroindustrial, el aumento en los precios no logró frenar la disminución en las cantidades. Según el Indice de Precios de las Materias Primas (IPMP) del Banco Central, en mayo pasado los precios de las materias primas más representativas eran algo más de un 30 por ciento mayores que los del mismo mes de 2008.

“Las exportaciones, que en enero habían caído 36 por ciento, en junio bajaron sólo 5 por ciento”, destacó Cristina. “Las importaciones pasaron de bajar 49 por ciento a 30 por ciento, pero crecieron las compras de bienes de capital, que es lo que define la temperatura de la economía”, agregó.