ECONOMíA

Análisis de la crisis global y las perspectivas económicas

Informe de los bancos centrales

Más regulaciones financieras

Con el objetivo de evitar un nuevo descalabro financiero, los directores de los bancos centrales de los países que conforman el G-10 y otros países industrializados y emergentes (entre los que se encuentra la Argentina) acordaron una serie de regulaciones a implementar. Se destaca una supervisión más severa a las entidades financieras y la “prudencia macroeconómica”. Martín Redrado, presidente del Banco Central local, participó del encuentro del Comité de Supervisión Bancaria y sugirió que estos acuerdos se materialicen pronto. Por su parte, el titular del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, destacó las políticas implementadas en los países emergentes ante la crisis internacional y los signos de recuperación que algunos países ya exhiben.

En la sede del Banco de Pagos Internacionales (BPI), en la ciudad suiza de Basilea, el presidente del Banco Central Europeo y titular del comité de banqueros reunido indicó que “los acuerdos a los que se llegaron entre 27 países del mundo son esenciales, porque establecen los nuevos estándares para regulación bancaria y supervisión en un nivel global”. Se trata de un ajuste a las normativas que se desprenden de Basilea II, un conjunto de prerrogativas financieras establecidas en 2004 por el mismo comité ayer reunido (aunque con menor participación de economías subdesarrolladas).

Los funcionarios acordaron una serie de puntos para ajustar la regulación del sector bancario. Se destacan el incremento de la calidad, consistencia y transparencia de las Tier 1 (una medida de la solvencia de las entidades bancarias). La introducción de una tasa de endeudamiento como una medida suplementaria a las normas de Basilea II y un estándar mínimo de liquidez. A nivel macroeconómico, la introducción de un marco para la formación de fondos anticíclicos de un mínimo requerimiento.

Desde la comitiva argentina, indicaron a Página/12 que su aporte fue en dirección de concretar estos acuerdos en el corto plazo. El comunicado oficial del BPI asegura que “el comité ofrecerá propuestas concretas para el fin de este año, con impacto para el año que viene”.

“Los países emergentes probaron un notable nivel de recuperación en la actual crisis, y se debió a las sabias políticas que fueron abordadas los últimos años”, indicó Trichet. Políticas que en general bregaron por la regulación estatal de la economía y se centraron en engrosar el mercado interno, golpeado por la experiencia neoliberal.


Informe Unctad

Por un nuevo sistema internacional

“La crisis actual se debe al predominio de las finanzas sobre los sectores productivos de la economía que generan la auténtica riqueza, lo que fue posible gracias a la euforia suscitada por la eficiencia del libre mercado.” La frase es de un informe de la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Comercio y el Desarrollo (Unctad). También critican fuertemente el rol del FMI para (no) contener la crisis y proponen diseñar un nuevo sistema monetario internacional, sin el dólar como única referencia.

El análisis del organismo con sede en Ginebra supone una crítica al desenvolvimiento del capitalismo moderno, que desde los ’80 priorizó la valorización financiera por sobre la inversión productiva. Su secretario general, el tailandés Supachai Panitchpakdi, señaló que “en EE.UU., la parte del PBI que corresponde al sector financiero aumentó del 5 al 8 por ciento entre 1983 y 2007, mientras que su porción del total de beneficios empresariales pasó del 7,5 al 40”. En el informe indican que la profundización de la crisis fue provocada por “la desregulación financiera y la total ineptitud de las agencias de calificación crediticia”.

Uno de los ejes para confeccionar una salida sustentable sería la modificación del actual sistema monetario internacional. “El predominio del dólar como principal medio de pago tuvo un papel importante en la formación de desequilibrios mundiales que desembocaron en la crisis financiera”, señaló el tailandés. Argumentan que un sistema basado en una moneda nacional siempre dependerá de las políticas de los bancos centrales emisores. Estas no están conectadas con las necesidades monetarias globales, sino que, en este caso, se toman en función de la coyuntura nacional estadounidense. Además, supone un privilegio para la economía norteamericana, ya que está en condiciones de afrontar déficit externo vía emisión de la moneda reserva (que es en efecto lo que hace).

En cambio, los países deficitarios en la cuenta externa deben recurrir a endeudamiento. Aquí los organismos de crédito internacional cumplen un rol fundamental, pero el FMI, en consideración de la Unctad, no hace más que agravar la situación. “El FMI impone políticas restrictivas a los países deficitarios como parte de sus condiciones para conceder préstamos, en vez de exigir políticas más expansivas a los países excedentarios”, afirma el estudio. Abogan por un sistema de tipos de cambio convenido internacionalmente y recomiendan políticas fiscales y monetarias expansivas.

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