ECONOMíA › EL EMPLEO EN LA INDUSTRIA ELECTRONICA FUEGUINA CRECIO 34 POR CIENTO EN UN AÑO

Armadurías, como primer paso

Aunque el nivel de integración nacional en los productos finales es bajo, el sector evidenció una rápida respuesta a los estímulos fiscales. En celulares, la provincia ya abastece el 60 por ciento del mercado local.

 Por Javier Lewkowicz

La industria electrónica en Tierra del Fuego viene creciendo fuertemente a partir de la sanción de la ley que elevó impuestos para los productos terminados y los bajó para aquellos producidos en la isla. Los números son impactantes, aunque en la cartera industrial admiten que se trata en su gran mayoría de armadurías. “Es un primer paso. Antes no había nada, en cambio ahora la producción ha crecido mucho. En la mayor parte de los casos, los componentes con alto grado de tecnología son muy difíciles de producir de forma nacional, aunque aspiramos a mejorar la integración”, explican. Según las cifras que maneja el Gobierno, el empleo directo creció un 34 por ciento frente a 2009 y se crearon unos tres mil puestos indirectos. En el caso de los celulares, la producción nacional pasó del 4 por ciento del total del mercado interno al 60 por ciento para fin de 2010. Las inversiones para el período 2010-2014 superan los 400 millones de pesos.

La ley de electrónicos se sancionó en noviembre del año pasado, estableciendo un tratamiento impositivo especial para celulares, computadoras, monitores, televisores, aparatos de aire acondicionado y cámaras de fotos, entre otros. Productos importados que tributaban IVA al 10,5 pasaron al 21 por ciento, y también se les sumó impuestos internos, elevando alrededor de un 30 por ciento la carga impositiva total. También se redujo la alícuota para la producción local. Mientras se debatía la ley, los importadores hicieron lobby para evitar la sanción, anticipando que los precios internos de los productos electrónicos se iban a disparar. Sin embargo, diversas fuentes del sector admiten que eso no ocurrió.

La normativa en los hechos encareció la importación de productos tecnológicos terminados, promoviendo la compra de partes para su posterior armado local. En este sentido, las fábricas instaladas en Tierra del Fuego tienen un carácter similar a las terminales automotrices, es decir que son armadurías. Los componentes de alto nivel tecnológico que ensamblan se producen en polos industriales muy avanzados, en general radicados en Asia. Si bien fabricar de forma local esas piezas es una tarea virtualmente imposible, al menos a corto plazo, especialistas del sector destacan la importancia del armado nacional como un primer paso.

Indican que la actividad de armado permite crear las condiciones para que en un segundo momento se pueda aumentar la integración local. En algunos casos, como los monitores y televisores, la inyección de plástico ya se realiza internamente. En cuanto a las notebooks, la placa madre y las memorias también se comenzaron a fabricar de manera local, sobre todo a partir del plan oficial Conectar Igualdad, que prevé la entrega de tres millones de computadoras a alumnos y docentes de escuelas secundarias, con exigencia mínima de contenido nacional. También hubo dos resoluciones de la Secretaría de Industria, buscando que las partes entren con el menor grado de montaje posible, de forma de maximizar la actividad local.

El nuevo régimen resultó muy jugoso para las empresas. Firmas como New San, Brightstar, Tecnosur o BGH, entre muchas otras, anunciaron inversiones que en total llegan a más de 408 millones de pesos para el período 2010-2014. En el caso de los celulares, mientras que en el período 2004-2009 se produjeron localmente alrededor del 6 por ciento del total de lo consumido en el mercado interno, la estimación para 2010 es que esa cifra se eleve hasta el 60 por ciento, lo que supone unos seis millones de aparatos producidos en la isla. En términos de empleo, se pasó en un año de 3970 trabajadores a 5332, y se estima que en total la creación de puestos llegaría a 4200 entre directos e indirectos.

En Industria buscan que de aquí en adelante mejore el grado de integración local. Una posibilidad que se baraja es modificar las condiciones de entrega del certificado de origen –documento que verifica cada paso del proceso productivo aplicado–, exigiendo mayor participación nacional. El certificado es indispensable para acceder a los beneficios fiscales que el régimen promocional establece. El mayor desafío es fabricar los componentes tecnológicos, pero es algo que ni Brasil realiza.

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Las partes locales aumentarán su participación. La inversión hasta 2014 superará los 400 millones de pesos.
Imagen: Sandra Cartasso
 
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