El próximo viernes el Gobierno tendrá una reunión con el sector empresario que se beneficia de la protección comercial para advertirle que no puede aprovechar esa situación para aumentar los precios. Los ministros de Economía, Amado Boudou, y de Industria, Débora Giorgi; el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno; y el de Industria, Eduardo Bianchi, se sentarán frente a presidentes de cámaras textiles, de productos electrónicos, siderúrgicos, metalúrgicas y autopartistas, entre otros, para “que no sientan que se les viene un coto de caza y que no aumenten sus precios”, comentaron fuentes oficiales a Página/12.

En el Gobierno preocupa especialmente que las empresas fabricantes de insumos difundidos, que se desenvuelven en mercados concentrados y tienen protección comercial, como la chapa que se utiliza para la fabricación de los electrodomésticos de la línea blanca o el polipropileno con el que se fabrican los plásticos, hagan uso del margen derivado del esquema de licencias no automáticas de importación para aumentar los precios. De la misma forma, los productos textiles, que pesan en la canasta escolar, y los electrónicos estarán bajo análisis.

La protección comercial genera un cierto espacio para prácticas abusivas. Pero el aumento discrecional de precios es más difícil de implementar en un mercado atomizado, por la baja capacidad de coordinación o para firmas reguladas por la propia cadena de producción por el peso de sus clientes. En cambio, los productores oligopólicos tienen un margen mayor, aunque allí el control oficial es más duro, como en el caso de la Ley de Abastecimiento recientemente aplicada sobre Techint, una respuesta que podría repetirse si alguno de los sectores que tienen protección comercial no cumple con lo acordado.

Uno de los productos que ahora tiene una licencia no automática de importación es el polipropileno, insumo que se utiliza para la producción de envases, vasos, tapas, botellas o bolsas de embalaje. También es importante en la industria automotriz. Hay sólo dos empresas que lo producen a nivel interno, por eso la advertencia oficial. “Las licencias protegen a la industria nacional dándole oportunidades para fortalecerse. La industria brasileña también pone trabas usualmente, en realidad todos lo hacen ante movimientos en los precios internacionales que pueden dañar la industria local”, dijo a este diario Jorge Oscar de Zavaleta, presidente del Instituto Petroquímico Argentino (IPA).

En el caso del sector textil, un insumo relevante es el hilo, que tiene licencias no automáticas y la producción está concentrada en tres empresas grandes. El Gobierno pretende no tener sobresaltos en los precios en meses con alto movimiento por el comienzo de las clases. De forma similar, el denim tiene protección y es producido sólo por cinco empresas. También habrá control en el caso de los productos electrónicos.

En cambio, desde el sector autopartista resaltan el papel de las terminales para “domesticar” los precios de sus insumos. “La probabilidad de que en este sector haya aprovechamiento es muy limitada. Las terminales tienen referencia del costo de los insumos”, indicó a este diario Fabio Rozenblum, presidente de AFAC.